• La llamada por teléfono invade tu espacio personal. Jajaja.

Podés no atender y hacerte el boludo, pero esa vibración eterna que tiene la llamada que no es lo mismo que un Whatsapp es molesto. Además tenes que atender. El chat lo dejás ahí y lo ves más tarde.

• Sos de los que pensás que en el año 2018 no deberían llamar y usar más las aplicaciones. Mandar un audio. Un texto. Lo que sea.

• Momento feo cuando estás mirando el Instagram o leyendo algo en tu celular y suena el teléfono y te interrumpe todo, todo lo que estabas haciendo en ese momento. Ni hablar si lo tenes contestado a algún parlante o vía Bluetooth y si atendes suena en todos lados.

• El pánico que te da cuando te llama un número desconocido.

• Por tu cabeza pasan muchas ideas de si será una llamada importante, si te van a pedir algo y por eso te llaman, si se habrá muerto alguien o si te van a despedir. Digo, llamar es tremendo esfuerzo, tiene que ser algo importante.

• Díganme que lo hicieron: googlearon el número que los llamo porque no sabían quién era y tampoco atendieron.

• Te tienta apretar ignorar pero no querés que la persona del otro lado se lo tome mal.

• Lo peor: EL MENSAJE EN EL BUZÓN DE VOZ. Qué horror cuando te queda ese aviso en el teléfono porque no atendiste y la persona dejó un mensaje en el buzón de voz. Por fa vor. Y qué pesado es tener que entrar a escuchar y borrar después.

• Tampoco te gusta hacer llamadas

Pero como dije arriba, no hay nada más lindo que te llame tu mamá o papá o pareja y hablar. Para eso no tenemos problema.

¿Qué dicen ustedes?