Aunque pueda sonar muy romántico sentir que no serías capaz de vivir sin tu pareja, éste podría muy fácilmente convertirse en el mayor obstáculo para una relación sana, duradera y feliz. No caben dudas de que tener la confianza de que podemos ser felices solas es la clave para fortalecer cualquier tipo de vínculo, ya sea de pareja o amistad.

 

Las relaciones más sólidas son aquellas donde se encuentran dos personas que saben que pueden vivir sin el otro pero, aun así, se eligen. Si en algún momento sentimos que una relación es necesaria para nuestro bienestar, es muy fácil convertir al vínculo en una piedra en nuestro propio camino. En vez de hacernos cargo de las cosas que nos gustaría cambiar, buscamos que el otro sea quien constantemente satisfaga nuestras necesidades.

 

 

En cambio, si nos hacemos cargo de nuestros deseos, y nos vinculamos desde la no-necesidad, podemos ver con mayor claridad al otro y decidir desde un espacio neutral si lo elegimos o no. Y, si lo elegimos aceptándolo con sus fortalezas y debilidades, estableceremos una comunicación más clara que nos permitirá crecer como pareja y buscar soluciones creativas a cualquier obstáculo que se presente.

 

Es muy importante conectar con nuestro corazón y establecer, de forma consciente, cuáles son nuestras verdaderas expectativas de una relación. Si estamos en nuestro centro y sabemos que podemos satisfacer esas necesidades sin el otro, podremos pararnos en una postura más firme ante el otro, no desde el reclamo sino desde la verdadera comunicación.