cultura

Sobre la temporada de eclipses y sus transformaciones

11 Feb 2025

Estamos transitando momentos astrológicos que conforman hitos planetarios que no acontecían desde hace mucho tiempo. Esto se traduce en que estamos experimentando cambios profundos, tanto a nivel personal como colectivo. Te invito a leer el código del cielo y su reflejo en nuestro interior en un periodo que tendrá su mayor énfasis entre febrero y abril, pero cuyos efectos continuarán sintiéndose durante todo el 2025.

 

El martes 4 de febrero, Júpiter salió de su estado retrógrado en Géminis, mientras Mercurio transitaba en conjunción con el Sol en Acuario. Ambos planetas son relevantes porque protagonizan la temporada de eclipses, dado que Mercurio, el mensajero de los dioses, rige el nodo Sur en Virgo, y Júpiter, el nodo Norte en Piscis.

 

Lo primero que podemos observar es que nos están invitando a desarticular un relato aprehendido acerca de nuestra identidad. Todas esas narrativas que creemos que nos definen, pero que no son auténticas, están manifestándose en nuestra realidad con intensidad durante febrero, marzo y abril. Entramos en un periodo hasta julio de 2026, donde el foco está en los circuitos mentales que han condicionado nuestra forma de percibirnos y percibir la realidad.

 

 

El tiempo astrológico nos invita a prestar atención a las historias que nos contamos sobre la realidad, la profesión y los vínculos que no son genuinos. Estamos en un proceso de re-integración con nuestros deseos más auténticos y eso requiere de una limpieza profunda acerca de ideas obsoletas que hemos alimentado hace mucho tiempo.

 

La vida nos invita a observar el poder de la mente y cómo influye en nuestros estados anímicos, nuestra relación con el entorno y lo que se manifiesta en la realidad. Este periodo nos ayuda a reconocer patrones transgeneracionales y del pasado que se han arraigado profundamente en nuestra personalidad, pero que no constituyen nuestro Ser auténtico.

 

En resumen, las transformaciones del 2025 nos están invitando a vaciar nuestra mente de ideas y esquemas mentales que no son coherentes con nuestro Ser. Este proceso implica dejar de alimentar viejas identificaciones que, si profundizamos, nos damos cuenta que hay facetas que no somos lo que históricamente se nos ha inculcado, tanto por vivencias familiares -el rol que ocupamos en el sistema- o culturales.

 

Son tiempos de gran limpieza y de liberación de viejos patrones que nos convocan a construir en base a la sensatez del alma. En cada momento difícil, ten fe en el aprendizaje y confía en lo que el misterio te está enseñando.

 

¡Un abrazo!

 

Valentina Celedón M

 

@elcantoastral

 

elcantoastral.com