cocina
Recetas con historia: Camila y sus guayabas en almíbar
08 Dec 2022
Cuando Camila era niña el aroma de las guayabas en almíbar inundaba su casa. Era un olor que le resultaba desagradable, tampoco le gustaba el sabor del dulce, pero hoy es una receta que le fascina y que le hace recordar a su abuela Marta, que vivía en Maldonado. Contó que “ella tenía una mesa enorme en el comedor y que se sentaba siempre en la punta con un pela papa añejo. Con eso pelaba las guayabas y le quitaba toda la pulpa para después ponerla en una olla”.
También recuerda que su abuela llenaba la casa de frascos de almíbar porque las guayabas no se cosechan durante todo el año y son difíciles de conseguir, aunque Marta tuvo la suerte de conocer a un señor que cuidaba una chacra que tiene árboles de esta fruta en Laguna del Sauce. Además, le encantaba obsequiarlas a toda la familia, por eso hacía en gran cantidad.
Luego del fallecimiento de su abuela, hace tres años, la receta pasó a Hilda, su mamá, quien tenía un gran vínculo con Marta al ser la única mujer de ocho hermanos. A diferencia de Camila, que ha realizado cursos de pastelería, la abuela era cocinera autodidacta, siempre recortaba las recetas de los diarios y revistas y miraba programas de cocina en la televisión porque le gustaba hacer todo casero. “Mi mamá heredó un poco de eso, pero ahora el señor de Laguna del Sauce ya no vive en la chacra, entonces dejamos de conseguirlas con facilidad, más cuando nosotras usamos las amarillas, porque también hay verdes. Por ejemplo, el otro día hice un pedido a la feria, me dijeron que tenían, pero me mandaron pulpa congelada. Otra opción es traerlas del Chuy”, explicó.
Camila también hacía la receta en Adolfo, café al que le puso el nombre de su tío, fundador del restaurante Oliva y sal de Punta Ballena. Aunque a ella le parece muy dulce la combinación con helado de crema, así se las pedían sus clientes, quienes se las reclaman ahora que ha dejado de prepararlas. Su familia prefería comerlas con crema doble líquida o también con queso de cabra.
Además de una receta deliciosa, Adolfo Café también la hace recordar a su abuela, una de las personas que la aconsejó y la ayudó a tener su propio negocio. “Si miro para atrás no puedo creer que esté trabajando de la cocina, no lo veía como algo viable. Yo estudié Relaciones Internacionales y al recibirme empecé a trabajar en comercio exterior. En mi tiempo libre cocinaba y llevaba tortas para compartir en el trabajo, hasta que después empezaron a encargarlas para los cumpleaños. Ahí fue cuando empecé a estudiar pastelería, entre otros cursos, porque me gustan más las preparaciones dulces”. Así explicó Camila que al principio la cocina era simplemente un hobbie para ella y que actualmente es parte de su vida. “Ahora soy feliz por poder hacer lo que me gusta, más allá de que sea un emprendimiento que implique varias responsabilidades”, añadió.
Luego de la entrevista tuvimos el placer de probar las guayabas en almíbar sobre unos scones que Camila recién había preparado y que compartimos con su bebé Manu, el próximo fan de esta dulce receta familiar.
Ingredientes
1 kg de guayabas (de las amarillas)
750 g de azúcar
Agua, cantidad necesaria (hasta cubrir)
Preparación
1- Pelar las guayabas y cortar en mitades.
2- Retirar las semillas y la pulpa (lo más conveniente es usar una cucharita). Limpiar bien cada casco y colocar en un bowl.
3- Cubrir con el azúcar, tapar con papel film y dejar reposar, en lo posible, de un día para otro.
4- Colocar las guayabas y su jugo en una olla, cubrir con agua y llevar a fuego medio hasta que adquieran una tonalidad anaranjada (casi roja) y al pincharlas estén tiernas.
5- Una vez tibias guardar en frascos previamente esterilizados.
6- Servir con crema de leche, queso de cabra, o helado de vainilla