sexo y pareja
¿Qué generan los besos y por qué que nos gustan tanto?
15 Apr 2016
El primer beso o el último, el de una mamá a su bebé, el de una abuela a su nieto o el de un niño a su perro, todos son especiales.
Cerremos los ojos y pensemos… ¿Se imaginan besar a alguien por más de cincuenta horas? Suena imposible, pero ocurrió. Una pareja tailandesa se besó durante 58 horas seguidas y rompió el récord en un certamen. Un año antes habían hecho lo mismo, pero durante 46 horas. Gracias ellos cada 13 de abril se celebra el Día Internacional del Beso.
Revolviendo un poco en la historia, descubrimos que el beso tiene distintos significados según cada cultura. En algunos países besarse en los labios expresa cariño y se da entre hombres, mujeres y niños. En otros países no se acostumbra a saludar ni siquiera con un beso, sino que es algo íntimo de la pareja. En nuestra cultura, como somos más efusivos, es costumbre el saludar con un beso en la mejilla a nuestros amigos y familia, mientras que con nuestra pareja solemos ser todavía más afectuosos. Esto es porque el beso en los labios tiene un significado más erótico para nosotros.
La boca, según la teoría freudiana, es el primer lugar donde se asienta el deseo sexual. Nuestra primera experiencia de confort, seguridad y amor proviene de las sensaciones de la boca asociadas con la lactancia, nuestra primera forma de conectarnos con la vida.
¿Qué es lo que realmente pasa en nuestro cuerpo cuando besamos? El beso no sólo afecta al cerebro, sino a todo el cuerpo en general. Nos aumentan los latidos, se genera un baile de hormonas difícil de controlar, e incluso perdemos algunas calorías (en un beso de tres minutos quemamos al menos 12 kcal).
Al juntar nuestros labios con los de otra persona, el sistema límbico, ubicado en el centro del cerebro, se encarga de transmitir esta información a otras áreas que regulan los mecanismos vegetativos de la respiración, el ritmo cardiaco, la tensión arterial, el tono muscular, la salivación o la secreción hormonal. Cuando besamos apasionadamente se liberan hormonas, como las endorfinas, que generan una sensación de bienestar y tienen efecto analgésico.
Además, en el acto del beso intervienen de tres a cuatro sentidos: el gusto, el olfato, el tacto y, a veces, también la vista. Como la boca es la parte más móvil del cuerpo, con un beso apasionado activamos, nada más y nada menos, 34 músculos. Pero, un beso en la mejilla sólo activa doce músculos faciales.
Ya que pareciera ser que besar disminuye el estrés, la tensión, la ansiedad y mejora nuestro estado de bienestar en general porque eleva nuestra autoestima, ¡besémonos mucho!