El Food Styling o el estilismo de alimentos es una corriente que viene resonando desde hace años pero que hoy por hoy, esta en boca de todos los que estamos vinculados a la comida. Principalmente, busca hacer apetecible cualquier cosa comestible mediante una foto, video, imagen. Despertar las ganas de probar ese alimento. Es decir.. es la corriente que se especializa en la estética gastronómica para que un plato, producto o materia prima luzca deliciosa.

Quienes sentimos pasión por esto del food styling, buscamos no solo que lo que cocinamos se vea apetitoso mediante la foto, si no que también queremos contar una historia. Como bien sabemos, en una imagen la comida no se toca: no se puede oler, ni sentir, ni probar. Es por esto que queremos que la idea entre por los ojos y que sea lo más maravillosa posible.

Hacer food styling es un arte. No basta con saber cocinar rico ni saber de fotografía. Ambas virtudes deben fusionarse para obtener el resultado buscado. Es cuidar estéticamente todos los detalles de un plato. Es armar una escena con todos los pormenores. Si nos remontamos en la historia podemos observar que esto de la obsesión por la estética gastronómica es añejo: antiguamente se conocían los “bodegones de cocina” y Rembrandt fue uno de los pioneros en esto. Pinto muchísimos cuadros de frutas, platos, carnes, mesas repletas de comida y vasijas de vino. Amas de casa cocinando, entre otros. Lo que hoy haría el fotógrafo junto con un cocinero retratando un plato, él lo hizo pintando. Cuidaba la estética y retrataba cosas apetitosas.

Cuando uno entra en la red social Pinterest o Instagram podrá observar que las fotos de comida son mucho más que tan solo fotos. Son obras de arte que cuidan la comida, los colores, las texturas, las alturas, la iluminación, los enfoques y desenfoques, la prolijidad, los balances, las formas, y muchas cosas más.

En mi caso, cuando quiero sacar una foto de food styling el trabajo comienza desde que selecciono y compro la materia prima que voy a utilizar, siguiendo con la ejecución del plato en sí, la presentación, el armado de la escena, la iluminación y por último, la foto. Cada uno de estos puntos es indispensable para que en su conjunto, funcionen perfectamente. A su vez, los que nos dedicamos a esto jugamos con truquitos que hacen de la tarea una sumamente desafiante y entretenida: desde marcar una hamburguesa con un fierrito caliente simulando las marcas de una parrilla hasta utilizar un secador de pelos para abrillantar un chocolate. Y así podría seguir ennumerando infinitamente. A los que nos gusta la gastronomía y la estética gastronómica, nos pasa algo similar de lo que le pasa al peluquero que comienza a cortar y no puede parar porque quiere perfeccionar cada vez más su corte. Esto es lo mismo… una vez que comenzamos a perfeccionar la escena ¡podemos estar horas! Las variables son infinitas y siempre se busca mejorar el resultado. Eso si… somos los odiados de la familia ya que siempre deben esperar pacientemente para probar lo que cocinamos hasta que saquemos LA FOTO.

Aprovecho para contarte que en abril viene la food stylist número uno de latinoamerica Marcela Lovegrove a dictar curso aquí en Montevideo. Ella es la profesora de food styling de todos los blogueros de cocina argentinos. Buscala en Instagram y vas a ver de lo que te hablo. Para asistir no es necesario tener conocimientos previos de fotografía ni saber sobre cámaras. Podes comunicarte con Magela de Fotoarte al 098 638 129 o escribir a magela@fotoarte.com.uy y pedirle toda la info detallada. Va a estar super interesante y es una oportunidad única. ¡Yo no me lo pierdo ni loca!