Si vivís en un edificio seguro recuerdes algún encuentro que hayas tenido con el portero. Un personaje cotidiano, protagonista de varias historias divertidas y no tanto. Verónica O’Brien y Ro Ro Villalba son actores y han vivido en apartamento casi toda su vida. Anécdotas les sobran y más ahora que son los protagonistas de Portería, un espectáculo de improvisación dirigido por Florencia Infante.

La obra de teatro se basa en la imagen del portero y su puesto de trabajo, tanto adentro como afuera del edificio. Verónica y Ro Ro, junto con el músico Juani Rivero, reinventan en escena las situaciones cotidianas que el público comparte al principio de cada función.

Al llegar al Teatro de la Candela las personas reciben un sobre, como si fuera un recibo de luz o de agua, con un papel para completar con una palabra que para ellos se asocie a la figura del portero y también con una anécdota que los vincule. Los actores abren el sobre en escena para luego tomar estos datos con humor y utilizarlos como materia prima para la creación de historias breves que marcan la diferencia de cada función y que nunca más se volverán a ver.

Según Verónica, la palabra que más han escrito es “chusma”, porque todo lo sabe y lo investiga.  Además, algunas personas han contado que se enamoraron de su portero, que le han pedido que les pague el taxi, que le cuide a los hijos o la casa cuando se van de vacaciones. Por lo tanto, también es un héroe.

“En cada función vamos cambiando de portero. En una soy yo y en la siguiente es Ro Ro. Por lo tanto, el que no es portero es todos los otros personajes que aparecen en escena, es decir, vecinos, gente que viene al edificio, etc. Pero además contamos con un invitado diferente en cada función que también participa como vecino”, explicó Verónica. En la primera actuó Florencia Infante y le siguieron Mercedes García, Matías Folgar, Danna Liberman, Cristian Bueno y Alita Menéndez. En la última función, que se llevará a cabo el jueves 24 de noviembre a las 21:30 hs., participará Piero Dáttole.

Verónica contó que no interactúan con el público, pero algunas personas lo hacen desde el lugar, intentado escribir la historia con ellos: “Por ejemplo, hay una escena donde dos actores están por besarse y la gente grita, “besala”, “besala”, y está buenísimo porque ves que están enganchados”.