Actualmente se encuentra en flor una planta que me trae muchos recuerdos de mi infancia, el Jazmín de Leche (Trachelosperum jasminoides).

 

En la casa donde crecí teníamos uno trepando el portón y la aparición de sus flores, con ese aroma que inundaba el ambiente, significaba el comienzo de las vacaciones, la llegada próxima de la navidad, de las temperaturas cálidas y de todo lo lindo que traía el verano.

Mi hermana Paula, sabiendo lo que me genera esta planta, colocó uno en la entrada de mi nueva casa cuando volví de un viaje de varios meses. Un gesto que no voy a olvidar nunca.
Hace meses estoy dudando sobre que trepadora poner en la reja de mi patio y hoy ese aroma vuelve a conquistarme, asi que mientras escribo estas líneas logré tomar mi decisión, el elegido es el Jazmín de Leche.

 

Este arbusto trepador tiene una floración espectacular compuesta por pequeñas flores blancas, muy perfumadas, apareciendo en primavera y verano. Además, su follaje es perenne, lo que significa que conserva sus hojas brillantes durante todo el año, un punto muy a favor de esta especie.

 

Para su cuidado debemos tener en cuenta ubicarlo al sol o semisombra, con suelo bien drenado. Es una planta que se adapta bien a diferentes condiciones y es de bajo mantenimiento. En invierno no debemos regarlo mucho y en verano cada tres o cuatro días es suficiente.
Al principio su crecimiento es un poco lento, volviéndose rápido y constante al cabo de un par de años.

 

También debemos tener en cuenta que esta especie tiene sus tallos volubles y precisa ser guiada a medida que va creciendo y desarrollándose, de esta manera vamos llevando la planta a la forma que deseemos.

 

Si queremos cultivarlo en maceta, es posible siempre y cuando esta sea bien amplia y cumpla con la condición de tener un suelo bien drenado.

 

Si están buscando una planta para una pérgola, una columna, o reja, les diría que este Jazmín trepador es ideal.

Yo me decidí, después les cuento.

 

Foto sacada por: Ines Rial