soy mamá
Para usar con moderación, por Magdalena Piñeyrúa
20 Nov 2020
¡Sí! ¡Encontré una forma de contradecirme ante mis hijos sin que se den cuenta! De dejar que se salgan con la suya sin consecuencias de gravedad. Una manera de malcriarlos sin ser malcriadora y sobre todo una salida cómoda y libre de culpa para esos momentos en los que me da pereza educar.
Es muy fácil: son sólo 3 palabritas que hay que saber aplicar en el momento adecuado y en el tono correcto.
Ejemplo recreado:
Es martes, vos por fin llegaste al sofá, te sacaste los zapatos y te disponés a ver algo en la tele. El niño empieza a repetir insistentemente “Dale mami, dale mami, ¿me puedo comer el caramelo? ¿Puedo? Dale mami, ¿puedo? ¿Puedo?”
Entonces, vos que habitualmente no lo dejás comer caramelos entre semana y a mucha honra, en vez de darle la explicación de siempre con la intensidad que eso conlleva, sacás de abajo de la manga las tres 3 palabritas mágicas y le decís con vos seria y mirada amenazante: “Sólo-Por-Hoy”. Y no decís nada más. “Sólo por hoy” es tu “letra chica”, es tu seguro de buena madre, es un placer que te podés dar de vez en cuando.
El único tema es la adicción. Una vez que lo descubrís te tienta usarlo a cada rato: “sólo por hoy porque hay tormenta, sólo por hoy porque mañana es tu cumple, sólo por hoy porque faltan tres días para el día del niño…”
Y más peligrosa aún es la tentación de usarlo en tu propia vida, en todo lo que compete a tus intereses personales: “sólo por hoy porque está de oferta, sólo por hoy porque almorcé poco, sólo por hoy porque me lo merezco…”
En fin, hay que saber usarlo bien y sobre todo usarlo en voz alta. Es la mejor forma de evitar comentarios y opiniones indeseadas del público presente. Es como decirle sutilmente a quien se atreva a cuestionar tu método: “sólo por hoy, no te metas”.