soy mamá
Navidad con hijos: antes y ahora, por Magdalena Piñeyrúa
13 Dec 2016
No digo que va a ser así para siempre. Supongo que esto durará algunos añitos nomás, mientras nuestros pequeños sean justamente eso: pequeños. Lo que quiero decir es que las navidades con hijos son distintas: más caóticas pero más mágicas, más ruidosas pero más divertidas, más intensas pero más emocionantes.
– Antes armabas el arbolito cómo y dónde se te daba la gana.
– Ahora tomás en cuenta factores de vida o muerte tales como: que esté lo suficientemente fuera de alcance como para que a nadie se le ocurra jugar al tiro de penales con los chirimbolos, que tenga pocas luces o preferentemente ninguna así no vivís con pánico a que se electrocuten, y que la estrella de la punta esté bien alta así no la usan como arma asesina ninja.
– Antes pasabas los días previos planificando tu vestuario para Nochebuena.
– Ahora todos tus esfuerzos están dedicados a tratar de que tus hijos se mantengan inmaculados una vez que quedan vestidos y bañados, para que por lo menos duren presentables hasta llegar a destino. Por supuesto vos salís con el pelo mojado y tratando de no ver esas arrugas en tu vestido ¡que ni se notan, claro que no!
– Antes para comer llevabas “tu especialidad”, esa que lleva cuatro horas de cocción revolviendo cada 1 minuto en forma de ochos.
– Ahora encargás algo o si estás muy complicada caés con alguna botellita comprada en la estación de nafta que queda de camino.
– Antes no te gustaban los cuetes.
– Ahora los odiás.
– Antes amanecías con dolor en los pies por usar tacos altos.
– Ahora amanecés con dolor de espalda por cargar niños dormidos hasta la cama.
– Antes te divertías dándole pistas a tu novio, marido o similar sobre su regalo de Navidad.
– Ahora se divierten juntos jugando a ser Papá Noel, recibiendo las cartas, escondiendo los paquetes y fingiendo admiración ante la puntería del crá de Papá Noel que nos trajo “justito” lo que queríamos.
– Antes cuando brindabas pedías un deseo para vos.
– Ahora, todos son para ellos.