vida sana
Música para calmar el alma
30 Apr 2021
La música tiene un gran poder para modificar el estado de ánimo y provocar diversas emociones. Está comprobado que determinados géneros musicales tienen muy buenos beneficios para la salud mental y emocional.
Muchos deportistas realizan ejercicios escuchando música con sonidos energizantes, para sentirse motivados y mejorar su rendimiento. Otros la escuchan para liberar tensiones antes de presentarse a un examen, concentrarse en el estudio o al leer un libro. Incluso, hay estudios que demuestran cómo la música clásica con sonidos de mar, como el de las olas o el de los delfines, es recomendable para disminuir el estrés y relajarse.
Este tipo de música también es ideal para escucharla antes de ir a dormir o para meditar, ya que disminuye la actividad cerebral. Así es más fácil conciliar el sueño o bajar el nivel de ansiedad, que muchas veces es la causa principal del insomnio.
En sesiones de musicoterapia se trabaja con las vibraciones acústicas para sanar y equilibrar el sistema inmunológico. En estos casos es muy importante disfrutar del momento, estar en un lugar cómodo, cerrar los ojos y hacer ejercicios de respiración. Armonía, placer, calma, son algunas de las sensaciones que se consiguen.
Ya no quedan dudas de que la música sirve para calmar el alma. En momentos de angustia, es una de las mejores recetas para canalizar todos esos sentimientos que causan malestar y hasta depresión. Contribuye a que las personas se sientan más positivas y optimistas. ¡Y mucho más cuando las hace bailar! La alegría recorre todo el cuerpo.
Si no tenés la oportunidad de irte por un fin de semana al campo o a la playa, luego de una semana de mucho trabajo, es muy fácil encontrar música relajante para recrear un entorno natural. Basta con entrar a Claro Música, buscar “Relajación de mar” y elegir la lista de reproducción que más te guste. Cerrá lo ojos y en unos segundos estarás en una cabaña de madera, sólo con el sonido de las gotitas de lluvia golpeando el techo o el de una catarata. Da paz con tan sólo pensarlo ¿no?