Esta ciudad a orillas del mar Caribe y del mar Cartagena, es la más visitada de Colombia.  Fue fundada en 1533 y hace varios años que se convirtió en un distrito turístico y cultural, pero ¿qué la diferencia de otras ciudades de América del Sur?

 

 

Cuando una va de turista es importante detenerse y recorrer el casco histórico, apronten sus mochilas, sombreros y lentes de sol, y prepárense para caminar y observar. Sus construcciones datan de la época colonial y están pintadas en diferentes colores. Esa zona está amurallada y fue declarada Patrimonio de la humanidad por la UNESCO. Su historia incluye relatos de guerra, robos, colonización y una dura transformación social y ambiental. Fue uno de los puertos más importantes de la época de las colonias. Es interesante sumarse a algún free walking tour y ser guiados para conocer los hechos en forma de relato.

 

Una vez que aprendemos sobre lo que pasó en esta ciudad, podemos seguir conociendo otras partes de la misma. Si nos gusta comer dulces, existe el Portal de los dulces, una zona llena de comida y postres típicos para degustar.

 

Además, la ciudad cuenta con innumerables plazas, museos, calles con mercados, y estatuas por doquier. Una de las más destacadas es la de Cristóbal Colón, junto a una mujer indígena. No nos podemos perder la visita al Castillo San Felipe de Barajas, es todo un emblema histórico.

 

Si queremos conocer una zona diferente, podemos ir hasta Bocagrande, es un barrio más moderno y comercial donde podemos pasear, ir al cine o ir de compras.
Para aquellas turistas que les guste ver un atardecer inolvidable, es una buena opción la de subir al Cerro de la Popa, y vislumbrar las maravillosas escenas que la naturaleza crea con el sol al atardecer.

 

 

No podemos olvidar que estamos en el Caribe, y por eso es recomendable pasear por la playa aunque también tomar un barco e ir hasta las Islas del Rosario, que son un archipiélago único donde vamos a poder tomar un baño de agua salada y disfrutar de la fauna marina, como tortugas y peces de colores.
Lo más importante a la hora de viajar, es hablar con la gente local, ellos son los verdaderos guías. Así una puede integrarse de alguna manera al ecosistema para poder llevarse un recuerdo más integral de esta ciudad de gran peso histórico.