“Con Julián fui madre soltera y tuve que salir a trabajar muy rápido. Por suerte mi madre me lo llevaba al trabajo a cada una hora para que pudiera darle teta, pero igual fue muy difícil para él y para mí. Ahora con Zoe es muy distinto porque estoy en pareja y no tengo tantos miedos como tenía la primera vez. Tengo la suerte de que somos dos para enfrentar los desafíos que se presentan y además ella es muy tranquila.

Es muy difícil de explicar lo que se siente cuando tenés un hijo. Yo sentí que empecé a amar más de lo que amaba, que descubrí una dimensión del amor que no conocía antes. Yo disfruto todo de ser mamá: darle la teta, cambiarle el pañal, bañarla, ¡todo!

Mi madre nos crió a todos para que fuéramos buenas personas y yo quiero que los míos también lo sean. También priorizo mucho el hecho de que estudien porque sin estudios hoy en día está complicado. Uno también aprende mucho de sus hijos, por ejemplo, los míos me enseñaron lo que es la paciencia. Yo era una persona sumamente impaciente y hoy en día manejo otros tiempos.”