Malorie es una mujer embarazada que lleva una vida normal, hasta que un extraño suceso universal detiene todo a su alrededor. Su única salvación es refugiarse dentro de una casa y no mirar hacia afuera, pero el tiempo le enseñará lo que significa sentir incertidumbre.

“No es un virus, pero si lo miras se transforma en tu mayor miedo”

La historia transcurre dentro de un hecho casi apocalíptico, en el que esta mujer y dos niños sortean todo tipo de obstáculos para llegar a un lugar seguro. En aguas profundas y con los ojos vendados el concepto de seguridad es cuestionado ¿quién nos asegura ese lugar?

“Todo contacto con el exterior nos trajo muerte”

El mensaje central de la película nos trata de responder, a través de la metáfora de estar a ciegas, que ningún lugar es completamente seguro. Ese sentimiento de inseguridad es el que siente Malorie, el mismo que nubla nuestro sentido común y nuestro instinto de supervivencia.

“Cada decisión difícil que he tomado ha sido por ellos”

Sin embargo, Malorie es una mujer fuerte y solidaria, tanto con los niños como con las personas que se cruza a lo largo del camino a su salvación. Si reflexionamos acerca del concepto de salvación, tal vez veamos que en realidad esta reside en nuestro interior, desde donde brotan ideas y pensamientos que nos llevan a actuar de una u otra manera. A su vez, esas acciones son las que conducen nuestro destino, nuestra salud y nuestra vida en general y en particular la de la protagonista. En tiempos difíciles, Malorie nos enseña que es bueno saber que contamos con nuestro ingenio para seguir y no quedar “atrapados”.

Bird Box, 2018.