Lydia y Alicia son dos mujeres que no tienen vínculo entre sí, pero terminan en un mismo lugar hospitalizadas y en estado vegetativo. Lydia por un accidente en su profesión de torera y Alicia a causa de un accidente automovilístico. Ambas serán acompañadas por dos hombres que las quieren aunque de maneras muy diferentes.

Marco, el esposo de Lydia, vive ese momento con angustia y frustración, mientras que Benigno, que no es pareja formal de Alicia pero está enamorado de ella y es a la vez su enfermero, enfrenta esa situación hablándole, acariciándola, perfumándola y regalándole detalles de cariño día a día.

“Estos últimos cuatro años han sido los más ricos de mi vida, ocupándome de Alicia y haciendo las cosas que a ella le gustaba hacer”

Benigno es una persona sin maldad y a través de su personaje la película nos habla del encuentro de la plena felicidad y el sentido de la vida en los pequeños gestos de amor desinteresado.

“El cerebro de la mujer es un misterio, y en este estado más, hay que tenerlas en cuenta”

Otro mensaje que nos deja la obra es la importancia del respeto a la vida en sus diferentes estados y manifestaciones. La película habla de los sentidos del cuerpo y de hasta dónde percibimos la comunicación sensorial con el otro.

Marco, que es más racional, no puede manejar una conexión con una persona en estado vegetal. Benigno es diferente y encuentra esperanza y entusiasmo en generarle el mayor bienestar posible a Alicia.

“No hay nada peor que separarte de alguien a quien quieres todavía”

Al terminar la obra una de las muchas preguntas que pueden surgirnos es ¿nos damos cuenta de la suerte que significa llevar una vida con todos los sentidos a flor de piel?

Hable con ella, 2002