En medio de un balneario desolado y de una noche que aparenta ser serena, Kristen y su novio James regresan de la boda de unos amigos. Cuando ingresan en la casa, una sensación de inseguridad los invade tras escuchar ruidos extraños.

“¿Se encuentra Tamara en casa?”

Una mujer rubia toca la puerta y pregunta por Tamara. Ellos le aseguran que no vive ninguna persona llamada así pero a partir de ese momento no pueden deshacerse de la presencia de esa mujer ni de sus compañeros enmascarados.

“Siempre nos decimos que no hay nada que temer”

Esta película, basada en hechos reales, es un retrato de una situación de bullying del terror, que no a cualquiera le tocará vivir pero que sí existe y ha ocurrido a lo largo de la historia. Desde la masacre de Texas o los crímenes de la familia en Kansas relatada por Capote, a los femicidios cotidianos, todos son crímenes de odio que se inician con pequeños acosos. Kirsten se da cuenta poco a poco que esos seres extraños intentan entrar en la casa y que ni ella ni su novio saben cómo impedirlo.

“¿Por qué nos hacen esto? Porque estaban en casa”. 

Estos asesinos de vecindario acosan a Kristen para generarle miedo y como consecuencia incapacidad de reacción. Si analizamos la película, son tres personas que atacan a dos que están asustadas y por eso son un blanco fácil. La obra nos lleva a reflexionar sobre el hecho que lleva a una persona a sentirse víctima, indefensa o en situación de inferioridad, y nos hace pensar un poco sobre ese poder que ejerce un extraño sobre otro.