Ki-jeong es una joven que vive con su familia en un barrio carenciado de Corea del Sur. Sus padres luchan mes a mes para sobrevivir, hasta que su suerte cambia, cuando el hermano le ofrece a ella una nueva oportunidad laboral.

“Tu hermana sería sin duda la mejor de la clase”

Como estrategia para conseguir el trabajo de profesora de un niño rico, ella deberá fingir que es profesional en arte, por eso su primer paso será falsificar un certificado, de ahí en adelante se convertirá en un parásito de la sociedad.

“Esta es nuestra oportunidad”

La película, ganadora del Oscar 2020, nos habla sobre las diferencias socio económicas entre dos familias. Dos realidades tan extremas que poco a poco nos logra ubicar del lado de los usurpadores. Esa brecha social es el hilo conductor de toda la historia en la que la familia de bajos recursos demuestra su ingenio, una gran capacidad, mal utilizada.

“¿Sabes qué tipo de plan nunca falla? Ningún plan. Sin un plan nada puede salir mal”

La obra es un retrato de la desesperanza que viven algunos, por falta de educación y recursos. Es el relato de una realidad donde algunos tienen muchas oportunidades de desarrollo mientras que otros ven el tiempo pasar sin perspectivas de alcanzar una vida que los dignifique. Parecería que su condición vulnerable los lleva a convertirse en parásitos, una denominación un poco fuerte, pero que el cineasta elige como título. Una cadena negativa real, que para algunos es injusta, un círculo viciosos del que muchos jamás escapan. La gran cuestión es ¿De quién es la culpa? ¿Cuál es la panacea? En la película solamente aferrarse a la mentira, como Ki-jeong, para obtener un momento de falsa tranquilidad.

Parásitos, 2019.