Amelia es una policía muy intuitiva. Una noche recibe un llamado para trabajar junto al detective Rhyme en la investigación del caso de un asesino serial que acecha la ciudad. Su decisión afectará el futuro de su carrera. 

“¿No le va el auténtico trabajo de policía?”

Aunque Amelia es valiente, forense no es su área, por lo que se encontrará ante nuevos desafíos que le dan inseguridad. A su vez, el detective se encuentra postrado en una cama sin poder moverse, a causa de un accidente mientras trabajaba. Por eso ella deberá dar los pasos que él físicamente no puede, hasta encontrar al asesino.

“Cada uno forja su propio destino”

Esta película de drama y suspenso policial ya es un clásico del cine. El director elige actores reconocidos para recrear escenas que suceden realmente en grandes ciudades del mundo. Amelia es la mujer que deberá enfrentar al enemigo y hacer justicia. Es una obra que merece ser vista, ya que además de generar misterio nos muestra la importancia de trabajar en equipo y de los vínculos de respeto.

Amelia y el detective encarnan a los reveladores de la verdad en el mundo: los policías. Son aquellos que dan la cara y el cuerpo, los que se animan, los que apuestan por el bien y los que cargan con la culpa si los pasos que dan no los llevan a una resolución justa.

“A veces uno no puede desprenderse de los muertos y tiene que irse con ellos” 

 

El coleccionista de huesos, 1999.