Alice es profesora y dueña de una carrera exitosa y prometedora, además está casada y vive contenta con su marido. Ambos tiene tres hijos adultos. La existencia de ella se ve interpelada por una desgracia y por eso tendrá que luchar con las herramientas que le queden para salir adelante.

La enfermedad de Alzheimer es una de las más crudas que existe. A Alice le toca vivirla y todo su entorno se vuelve gris, como en medio de una nube expansiva, su vida diaria entra en crisis.

“No estoy sufriendo, estoy luchando por seguir en contacto con quien fui”

La película nos introduce a una mujer, madre y profesional luchadora que nos enseña que pelear es una manera de ser ante la vida. El miedo puede acompañarla pero no es lo mismo que el sufrimiento en sí.

“No tengo que ser justa, soy tu madre”

También Alice demuestra que el papel de madre muchas veces nos puede jugar en contra para pensar de manera egoísta cuando tenemos una crisis para resolver. Alice toma el suicidio como un camino para terminar su crisis, pero luego se da cuenta de que no es la respuesta ni mucho menos el ejemplo que quiere dar a sus hijos.

“No sé quién soy ni sé lo siguiente que pierda”

La obra nos habla del concepto de pérdida de la identidad y de lo difícil que es no encontrarse a uno mismo, no reconocerse. A todos nos puede pasar esto, todas podemos sentir que no encajamos o que no nos entienden y que vemos el mundo con otros ojos, sin tener una enfermedad, por eso Alice de cierta forma es parte de cada una de nuestras pequeñas crisis.

Siempre Alice, 2014.