“Después de mucho sacrificio he logrado un puesto como administrativa en una ONG que trabaja tercerizada para el Ministerio de Desarrollo Social y que lucha precisamente contra la trata y explotación sexual de mujeres, niños, niñas y adolescentes. Me llevó muchos años encontrar un lugar donde trabajar y me parece que finalmente estoy en el lugar indicado.

Mi vida ha sido muy dura. Para no ser prostituta, tuve que irme del país por 27 años porque la única alternativa que tenía como mujer transexual en este país era el trabajo sexual. En Europa fui peluquera durante 27 años. Después de un cáncer y un ACV, que me hicieron perder vista y motricidad, ya no soy peluquera. Pero soy administrativa, ganándome la vida dignamente.

Sigo con mis sueños. Trato de mimetizarme con el paisaje todos los días, trato de ser una más y no ser la distinta. Me costó mucho que me reconozcan en mi país y ser una más. Hoy en día, puedo decir que lo logré.

En este momento de la vida se puede decir que yo soy una persona feliz. Mi documento lleva mi nombre, el que llevo adentro de mi corazón desde siempre y tengo una vida como cualquiera. Soy una más.

No es fácil trabajar en MIDES. Misterio de Integración y Desarrollo se llama la institución. Quienes la componen eligen con quién hablar y con quién no. Hay palos en la rueda pero los desafíos cotidianos son los que le dan sal a mi vida. Si yo puedo, no me quejo.”