confesiones
Mujeres de Montevideo: Patricia
31 May 2016
“Cuando tuve a mi hija fue el momento más feliz de mi vida, ¡sentí felicidad plena! Lo más lindo de ser mamá es saber que estás ayudando a alguien a desarrollarse. Siempre estoy pendiente de no fallarle, de estar presente y de darle buenos ejemplos. Mi prioridad número uno es que ella sea feliz: que tenga alegría de vivir, que se esfuerce por las cosas y que pueda disfrutar de sus logros.
Mi madre tiene Alzheimer y no puede disfrutar de su nieta porque no sabe que existe. Pero yo trato de repetir con mi hija casi todo lo que hizo ella conmigo. Ella me transmitió la alegría de vivir, el ser independiente y luchadora, me enseñó a buscar lo que quiero y principalmente me enseñó a ser feliz.
Creo que lo más duro de la enfermedad de mi madre es darte cuenta de que cambió, que ya no es la misma. Pero aún así es muy importante acompañarla porque lo que ella más necesita es cariño, que la visite, que la abrace…
Mi madre era cantante de lírico. ¡Para ella la música es todo! Entonces cada vez que vamos a visitarla le ponemos música y se transporta. Ponemos discos de tango, de música clásica…y ella ahí está feliz. Cada vez que la visito con mi hija, me siento con ella a cantar. Porque mi madre no se acuerda de nada, pero se acuerda de todas las letras de los tangos. Entonces canto y ella le canta… Y así nos comunicamos las tres.”