“Soy de Tala, en Canelones. Viví toda mi infancia en el campo donde fui a una escuela rural. Eramos 9 alumnos en total, y sólo 2 en mi clase. El transporte nunca fue un tema simple en mi zona. Cuando llegué a liceo y bachillerato hacía 3 km todos los días en moto con o sin lluvia y luego 15 km en bus.

En cambio llegar a Montevideo y tener el ómnibus a una o dos cuadras fue otra cosa. Al principio siempre veía a la gente en contra reloj, corriendo detrás de los ómnibus, desesperada por subir, aunque sabiendo que a los 10 minutos pasa otro. Hoy en día y después de 5 años, soy una más.

De todas formas esa tranquilidad propia del interior, de salir y andar por la calle con el celular, no andar corriendo a los ómnibus y dejar la puerta abierta sin llave, es impagable.

Vine a estudiar la Técnica en vestimenta. Ya hace un año me recibí y estoy tratando de llevar adelante mi marca de diseño y confección de vestidos de fiesta a medida. Mi sueño es formalizarla y hacerla conocida”.