“Las mujeres tenemos problemas muchas veces por tener jefes hombres. En Uruguay no se dice mucho, pero hay acosos. No importa la edad, es un tema de género.

Trabajé muchos años en empresas, aunque soñaba con tener algo propio. Decidí independizarme cuando me pagaron un despido. Me fui a buscar ropa a Argentina y me acuerdo que me traje una valijita y empecé vendiendo casa por casa, hasta que abrí el puesto en las ferias y también un local en un shopping. Fue lo mejor que pude hacer. Ser libre no tiene precio. Fue un desafío para mí pero hoy hace más de 10 años que trabajo independiente y con mis tiempos. Vendo ropa femenina, de calidad italiana en varias ferias de la ciudad. Me encanta la venta y atender a la gente.

Aconsejo a todas las mujeres que se animen y que tengan claro que somos muy poderosas. De la manera que trabajaba yo, podía verse como la esclavitud moderna, sometida a horarios y leyes que muchas veces no son justas y horas extras que no se pagan. El tiempo es lo más valioso en la vida de una persona, ¿por qué regalarlo?”