“Me inicié en registros akashicos y a través de eso empecé a recibir canalizaciones. Desde que soy niña siento una búsqueda espiritual y fui buscando hasta conocer mi verdad. Creo que es una herramienta útil. La gente busca respuestas, seguridades, o terminar con bloqueos que las están complicando. Es una búsqueda de limpieza y entendimiento para saber por qué te pasa algo y qué hacer con eso. Yo abro los registros, soy un canal.

Siempre fui yuyera, decidí hacer reiki además de otras disciplinas e ir sumando conocimientos para crear mi propia línea de productos cosméticos llamada Hijas de las flores. Tengo desodorantes, tónicos, limpiadores faciales, entre otros. Hace cuatro años que lo hago. Cada cosa que creo es un asombro para mí y me encanta. Casi toda mi clientela es del género femenino, de los veinticinco a los cuarenta años. Algunas, las mayores, llegan con la conciencia de buscar lo natural y otras opciones de cuidarse.

Los perfumes y sus aromas fueron desarrollados a partir de una inspiración e interiorización con los elementos agua, aire, fuego, tierra y espíritu. Sus aromas se remontan a la ancestralidad del sentido del olfato para entrar en contacto con cada elemento. Mi deseo es que disfruten y se contacten profundamente con estos aromas, embelleciendo la vida y el entorno.

Estoy escribiendo a la vez un libro que surge de mi emprendimiento y el fin es reunir entrevistas de mujeres emprendedoras. No es sobre mí sino es más que nada contar que la mujer emprende de un lago más emotivo, engloba y busca algo que la llene en general. A mí me pasa esto. Siento que es mi don y es mi talento”.