“Soy laboratorista dental. Me encanta mi trabajo, la estética dental es muy importante y a la gente le da mucha vergüenza cuando les falta algún diente, entonces cuando ven mi trabajo finalizado siempre quedan contentos.

 

Mi padrino es laboratorista dental y yo me crie entre eso, mirando lo que él hacía. Soy muy unida con él, ahora trabajamos juntos. En mi vida profesional es como una inspiración.

 

Siempre estuve segura de que quería dedicarme a eso. Soy de Tacuarembó y me vine a Montevideo a estudiar esa carrera. No me costó adaptarme, pero a ubicarme sí, porque siempre me pierdo. Cuando recién me vine vivía con mi hermano y él me mandaba a cualquier lugar, pero de chiste. Una vez me dijo que tenía que esperar el ómnibus en la parada del frente y, en lugar de la facultad de odontología, terminé en el cerro, ¡lo quería matar! Somos muy amigos, pero nunca más le pregunté qué ómnibus tomar.”