confesiones
Mujeres de Montevideo: Fabiola
29 Aug 2020
“Tengo tres hijos. Una de 18 años, otro de 17 y él que tiene tres. Aunque a veces me hacen enojar, amo todo de ser madre. Algo que me sorprende es que aquí, en Uruguay, muchos niños le responden bien feo a sus padres. Mis hijos no son así, son educados con nosotros y con todo el mundo.
Aquí veo mucho que los niños le insultan y le dicen palabras feas a sus padres. Y creo que son los padres que deben establecer esos límites, sino ellos no aprenden.
Nosotros somos indígenas y la gran mayoría de los ecuatorianos indígenas nos dedicamos al comercio. Cuando nuestros hijos crecen, terminan sólo el colegio y luego se dedican a la venta. La mayoría no se dedica a estudiar más pero a mí me gustaría que él lo hiciera y fuera doctor o lo que él quisiera.
A veces, cuando estoy trabajando y él pasa frío, siento mucha tristeza. Siempre trabajamos así, entonces ya estamos acostumbrados. Si no tuviera hijos pequeños no pasa nada, pero con un hijo pequeño es más difícil. Me pone triste que tenga que vivir esta situación.
Pero, por otro lado, si uno piensa en todo lo que le falta para traer un hijo al mundo, entonces nunca lo trae. Y si uno tiene amor para darle, es mejor que venga lo que venga y al final uno sale adelante. Ya tuve la experiencia con mis dos hijos mayores y pensé lo mismo cuando ellos eran chicos. Pero salieron adelante, crecieron y son hermosas personas.
Con el padre de mis hijos trabajamos juntos y somos muy unidos: en nuestra tradición siempre es así. Mi madre se murió cuando yo era muy pequeña y, aunque mi papá siempre fue bueno conmigo, me ha hecho mucha falta una madre. A veces, cuando uno la tiene, como mis hijos me tienen a mí, no se da cuenta lo importante que es.”