“Tengo solo una hija, se llama Soledad. Tenerla fue bastante difícil, porque fue prematura. Es mi única hija y fue mi único embarazo. Fue parto natural, en realidad fue un aborto espontáneo y ella nació con vida. Tenía 28 semanas de gestación, unos cinco meses y medio. Ella estuvo en incubadora dos meses, cuando pesó dos kilos me la entregaron y me la llevé a casa. A partir de ahí, todo bien. Ahora ella tiene 26 años. La volvería a tener, a pesar de todos los nervios y los sustos, no lo pienso dos veces.

Lo que pasa es que perdí al papá de ella estando embarazada. Fue muy difícil. En aquella época había mucha meningitis y él falleció de eso. Estaba embarazada de unos cuatro meses, no llegamos a disfrutar ninguno de los dos del embarazado. Como se fue uno de forma inesperada, ella nació sin ninguna expectativa de vida, porque además de ser de poca gestación, era de bajo peso. Ella tendría que haber pesado mucho más para esa fecha de gestación, pesó 900 gramos y estaba sin formarse. Pero bueno, acá estamos.”