vida sana
Meditación autodidacta: un paso a paso para comenzar
04 Jan 2017
Si bien adentrarse en la meditación puede ser un poco intimidante, sabemos que quienes la practican se acercan a la paz interior a través de sus prácticas y eso genera cierta curiosidad.
Hoy en día vivimos dentro de una vorágine donde todo es estímulo. Nos estimulan con sonidos, colores, sabores, olores… Tanto así que nuestro cerebro se la pasa absorbiendo todos esos mensajes que vienen de raíces externas y que, silenciosamente, nos alejan de los mensajes internos.
Para comenzar a meditar, es importante primero sentir esa curiosidad de conectar con uno mismo. Luego, sólo queda ir liberándose poco a poco de la perspectiva superficial y de los estímulos externos, para lograr así conectarse 100% con nuestro interior.
Lo recomendable es generar un espacio adecuado para meditar. Puede ser en cualquier lugar de casa o mismo al aire libre, pero es fundamental que sea un espacio donde abunde el silencio, al menos por 1 hora. Con una manta o un almohadón en el suelo, 2 o 3 velas encendidas que aporten luz tenue y un hornito de de esencias con aromas descontracturantes, ya tenemos todo lo que necesitamos.
Debemos tomarnos con tranquilidad este proceso de adentrarnos en la meditación, ya que alcanzaremos una mejor relajación y conseguiremos un momento más ameno si no nos presionamos. De hecho, podemos empezar con meditaciones guiadas: YouTube ofrece cientos de alternativas.
Si las primeras veces se hace difícil dejar de pensar en aquello que nos quedó pendiente del trabajo, en qué prepararemos para la cena, o en la película que vimos el día anterior, ¡es normal!
Poco a poco iremos comprendiendo que nuestra mente sí tiene la capacidad de estar en paz, y notaremos también que lentamente, práctica a práctica, los estímulos externos empiezan a atenuarse.
Cuando meditemos, lograremos hacer más consciente cada sensación, por más pequeña que sea. Nuestra mente se enfocará en ello y se conectará, y eso puede ser incluso la salida a ciertos problemas e incertidumbres que nos vienen aquejando hace tiempo.