“El momento más feliz de mi vida fue el parto de mi hija. Sentí que en ese momento era todo al mismo tiempo. Estaba completamente abierta a la experiencia.

Lo que más me gusta de ser mamá es el desafío diario. Todos los días son diferentes y tienes que estar siempre 100% presente. Mi hija es lo que mantiene mis pies bien puestos en la tierra. ¡Aprendo de ella todo el tiempo! Aprendí a ser mejor conmigo misma, porque si no estoy bien conmigo no puedo brindarle las respuestas el amor y la dedicación que ella necesita.

Para mí es muy importante tener respeto por los niños porque ellos son seres puros. Muchas veces ellos saben más que nosotros y aún así estamos siempre conectados con la idea de que tenemos que enseñarles en lugar de dejarnos enseñar.

Yo soy de Costa Rica y conocí a mi compañero en México. Él es Uruguayo y luego de viajar mucho elegimos venir a Uruguay. A nosotros nos encanta que nuestra hija crezca viviendo en diferentes países. Es muy lindo ver que con tres años ella ya tiene una conciencia de que hay otros idiomas y culturas y que, aún así, somos todos parte de uno. Me parece muy importante transmitirle que puede tener su hogar y una familia en cualquier parte del mundo.”