El lapislázuli es un cristal energético de color azul. Su nombre procede de la composición del latín “lapis” y del persa “lazhward” que significan azul. Abre el tercer ojo y equilibra el chacra de la garganta, potencia el trabajo de los sueños y tus capacidades físicas. Es un cristal que ayuda a liberar rápidamente el estrés, aportando una paz profunda.
Posee una enorme serenidad y trae la clave de la realización espiritual. Armoniza los niveles físico, emocional, mental y espiritual, aportando un profundo conocimiento interno cuando están equilibrados. Es un poderoso amplificador del pensamiento, aporta claridad y objetividad. Anima a la creatividad y ayuda a afrontar la verdad. Ideal colocarlo sobre el tercer ojo o sobre la garganta.
Debe colocarse también sobre el diafragma o en cualquier lugar entre el esternón y la parte alta de la cabeza para que pueda realizar de una forma correcta su función.
El lapislázuli ayuda al cuerpo, a desprenderse de la sensación de estrés dejando paso a la calma. Y es que este cristal posee una enorme serenidad, fundamental para la realización espiritual. Con el lapislázuli tu cuerpo está protegido gracias a que activa a los espíritus guardianes. Este cristal detecta los ataques psíquicos y los bloquea, devolviéndole así su energía.
Con este cristal vas a conseguir estar dentro de ti, ver tu verdad interna fomentando tu conciencia. En el caso que tengas la ira reprimida, el lapislázuli hará que esta acabe. Esta piedra es también un amplificador de tus pensamientos. Su uso va a fomentar la claridad y la objetividad mental. Además serás capaz de afrontar la verdad, expresar tus emociones, pensamientos y recibir los de los demás. Las relaciones también se verán beneficiadas con este cristal. Y es que el amor y la amistad darán un paso al frente dejando atrás el sufrimiento.
Para las personas de todo el mundo, el lapislázuli se considera una piedra de la verdad y la amistad; tiene fama de promover la armonía en las relaciones.
En la Antigüedad, así como en la Edad Media, la gente creía que el cosmos se reflejaba en las piedras preciosas. Lapislázuli se le asigna al planeta Júpiter. Júpiter es el planeta regente del signo de Sagitario.
Los egipcios tallaban los escarabajos con este material, que simbolizaba la eternidad, la vida y la muerte. Egipto, es un gran referente cultural sobre la importancia del lapislázuli en su vida cultural y religiosa. Era la piedra de las divinidades, la piedra del astro rey, el sol. Un símbolo que representaba a Ra, Amon, Nut y el ojo de Horus, por lo tanto aportaba conocimiento y desarrollaba la intuición. Estamos hablando de la piedra más valiosa para esta cultura, porque el nombre de la gema y su esencia representaban la alegría y que les brindaba protección. Ellos la asociaban con la sabiduría del mundo espiritual, símbolo de poder, liderazgo, nobleza, justicia y clarividencia. En su cotidianidad los egipcios lo hacían polvo y lo utilizaban como maquillaje para los ojos, o lo usaban para combatir malestares del sistema nervioso como dolores de cabeza o inflamaciones. Ellos se frotaban el polvo en la frente o en el área de malestar…
El lapislázuli nos hace tomar conciencia para estar más felices y plenos, evita que estemos inmersos en un mundo de ilusiones y fantasías donde el ego nos puede engañar y esconder las cosas que debemos transmutar para enaltecer nuestros espíritus, conociendo con detalle nuestros procesos mentales. Por ejemplo, las piedras que contienen pirita, se utilizan mucho para la apertura de nuestros sexto chakra, nuestro tercer ojo que simboliza la iluminación de la conciencia y así profundizar en nuestras mentes e ideas, mientras que el lapislázuli gris se utiliza para la apertura y balanceo del quinto chakra (la garganta), para así conectar el pensamiento con el habla y comunicarnos asertivamente y así evitar confusiones.