La industria de la moda se ha convertido en una de las principales causas de contaminación en el mundo. No solo genera impacto ambiental, si no que también tiene un alto costo en materia de derechos humanos. Como forma de revertir esto, las marcas están proponiendo una nueva perspectiva para la elaboración de las prendas basándose en la moda sustentable. Esta tendencia busca promover el consumo responsable, utilizar insumos amigables con el medio ambiente y contar con mayor transparencia en la cadena de producción.

En la era “fast fashion” predomina una consumo barato y descartable: usar y tirar. Las personas compran prendas que le duran poco y que cambian con regularidad. La moda sustentable quiere que las personas valoren las cosas bien hechas y compren con inteligencia no con frecuencia. De esta forma se pasa de “fast fashion” a “slow fashion” en la cual se hace una inversión a largo plazo comprando productos nobles.

Los materiales que se usan para la confección de la ropa tienen alto impacto ambiental. Se contaminan los suelos, el agua y hasta son nocivos para la salud de las personas. En cambio cuando se utilizan fibras recicladas se ahorra 20% del consumo del agua, 50% de energía y hasta 60% de emisiones al aire. Igualmente la moda sustentable no sólo se trata de prendas hechas con fibras orgánicas sino que los productos reusables, reciclajes y vintage también encajan en esta tendencia.

Esta tendencia no sólo se concentra en no dañar el medio ambiente sino también en saber quién hace la ropa y bajo qué condiciones. Esto hace que las marcas que adopten esta tendencia en sus colecciones fomenten el comercio justo y vendan prendas que sean socialmente responsables.