cultura

La historia detrás de las canciones: Bob Dylan – The Lonesome death of Hattie Carroll, por Belu Mare

03 Apr 2019

Hola, ¿Cómo están?

Para salir un poco de lo romántico y melancólico hoy les traigo este tema con el que me encontré hace un tiempo escuchando a uno de mis músicos favoritos el gran Bob Dylan. Seguro investigaré sobre otras canciones de él y las traiga al blog porque es algo que me encanta. Tengo sus vinilos en casa y tirarme a escucharlos con una copa de vino es tremenda experiencia.

Como les decía, investigando un poco me choque con este tema que no lo conocía mucho, o directamente no lo conocía. Me gusto, me sonaba raro, viejo además, entones me puse a leer un poco más sobre él. Y me encontré con una historia típica de ese momento pero jodida. Una de esas historias que hoy en día estamos tratando de cambiar, que estamos cambiando las mujerDes y todos. Me llevó a pensar en tantas cosas. Pero lo que más me molesto era como en esa época esto era tan normal. Me dio asco. Como pasaban así porque así las cosas. Y como también quedan marcadas estas cosas en fotos, canciones, pinturas, lo que sea. Pero el arte se hace y sea conocido o no queda en el tiempo. Ya me estoy yendo de tema (o no) pero pongan el tema en YouTube, lo escuchan y sepan la historia.

Pd: Un día vamos a hablar de Bob Dylan. Se merece un artículo.

El tema habla sobre la muerte de una mesera afrodescendiente llamada Hattie Carroll de 51 años, un 9 de Febrero de 1963 tras ser atacada por un hombre blanco, borracho y de familia rica llamado William Zantzinger de 24 años.

¿Cuál fue la razón? ‘Demoró en darme el trago’

El gran Bob Dylan solía inspirarse de sucesos que leía en la prensa para escribir sus canciones y elegía las más injustas. La canción la encontramos en su 3er álbum grabado en 1964 llamado – The times they are a-changing – que trata sobre el racismo, la pobreza y el cambio social que estaba sucediendo en ese momento. Álbum que por todo esto recibió muchas críticas pero que lo posicionó a Dylan como unos de los influyentes sociales más importantes del momento. Recreó en esta canción un asesinato racista al mejor estilo ‘contador de historias’.

Según lo cuentan: La tarde del 3 de febrero de 1963, Zantzinger salió de su rancho de 283 hectáreas vestido de traje y con un clavel en el ojal. Viajaba junto a su mujer y unos amigos. De camino a Baltimore, pararon para cenar y beber bourbon; en el restaurante gritaba insultos racistas contra los camareros que se negaron a servirles más alcohol. De ese humor llegó al Spinter’s Ball que era un baile anual para la gente de dinero del Estado. Lo mismo: insultos racistas, golpes por todos lados y cosas de un ser desagradable que terminaron en tragedia cuando, tras haber tirado a su mujer de un golpe al piso porque lo tenía cansado y estaba borracho se acercó a la barra. Y según dicen el sacado este dice: «¡Negra, dame un copa!» (Ya se, desagradable, ¿lo imaginan?) Lo cual Hattie responde «Un minuto, por favor». El tipo entró en un estado de ira tremendo y la sacudió, le pegó, Hattie se cayó al piso y cuando se pudo levantar se tuvo que retirar a la cocina. Sus compañeros pidieron una ambulancia. A la mañana siguiente, murió.

Como toda historia que paso en este momento y la podemos leer o analizar hoy en día, Dylan recreó lo sucedido con ciertos errores como por ejemplo: Hattie no tenía 10, sino 11 hijos o que a el apellido del agresor le faltaba una letra -Zanzinger en vez de Zantzinger. Pero más allá esos detalles que no CAMBIAN EN NADA LO QUE PASÓ fue fiel a los hechos, con los que creó una emocionante narración.

La injustica: Zantzinger fue condenado sólo a seis meses de cárcel. INCREÍBLE. Pero, ¿raro? 2019 y pasa lo mismo, ¿no? Por contactos, porque era hombre y mil cosas, la autopsia dio que Hattie sufría de hipertensión y que eso contribuyó a su derrame cerebral. NO EL GOLPE QUE LA TIRÓ AL PISO Y LA DEJÓ MAREADA QUE A LAS HORAS MURIÓ.

Veredicto: homicidio involuntario. Además, obtuvo un permiso para entrar en prisión más tarde y participar así en la recolección de la cosecha. Así el señor no perdía nada y así tampoco lo lastimaban en la cárcel. Sí. También eso.

Salió de la cárcel. Tuvo tres hijos, se divorció. Dejó el rancho, se volvió a casar. Regresó a la cárcel en 1991 y otra vez por abusar de personas afrodescendientes: acumulaba alquileres de viviendas que no poseía en un barrio sin agua corriente. Trabajó en inmobiliarias, vendió antigüedades, fue subastador y hasta trabajo un club nocturno. Daba dinero a su iglesia y estaba asentado en la red social de la región: club de campo, cámara de comercio.

El tipo siguió su vida como si nada pero NUNCA PUDO BORRAR DE SU NOMBRE DE AQUELLA CANCIÓN.

William Zantzinger murió el 3 de enero de 2009, en el condado de Charles (Maryland, EEUU), a los 69 años de edad.

¿Les quedó la misma espina que a mí después de escuchar el tema y saber esta historia? Que loco ¿no? Si no fuese por esta canción que queda para siempre en la música, no estaríamos acá haciendo esto. Y el tipo hubiese seguido con su vida y nadie se hubiese enterado de quien era. Dolor me dejó.

Sigamos peleando por un mundo mejor.

Gracias.

Mucho amor para ustedes, para todas.