Para muchas de nosotras el trayecto de casa a nuestro lugar de trabajo y viceversa puede ser agotador. Los minutos esperando el ómnibus parecen horas y llegamos estresadas, de mal humor y con pocas ganas de trabajar. Cuando volvemos a casa, la misma historia.

¿Y si empezamos el día andando en bici? Es probable que más de una vez hayas considerado la idea de ir a trabajar en bicicleta, pero por una razón u otra, terminaste dejándola de lado. A todas nos pasa. Pensamos que la bici es el enemigo de la prolijidad y nos da un poco de inseguridad meternos entre los autos, pero… ¡Hay que animarse!

En un contexto en el que el tránsito en las horas pico es cada vez peor, la bici nos ofrece la posibilidad de tomar control de nuestro tiempo y nuestros horarios. Además, al estar haciendo ejercicio, llegaremos al trabajo más relajadas, contentas y con una sensación de bienestar por estar aportando un granito de arena para reducir la contaminación de nuestra ciudad.

Como sabemos que dar el primer paso siempre es la parte más difícil, acá te compartimos algunos consejos útiles para tener en cuenta antes de empezar.

Tomá precauciones de seguridad

Siempre antes de salir debemos asegurarnos de que nuestra bici se encuentre en buen estado: ruedas infladas, luces funcionando, frenos bien ajustados. Súper importante: ¡no olvidar el casco! Aunque puede que nos arruine un poco el peinado o no nos combine tanto con lo que tenemos puesto, es fundamental proteger nuestra cabeza.

Planificá la ruta

Antes de arrancar, es mejor planificar el recorrido. No necesariamente el camino más directo es el más recomendable, porque es muy probable que sea atravesando alguna avenida transitada. Es preferible circular por las calles secundarias donde los vehículos circulan a velocidades inferiores. Además, con nuestra ruta ya en mente, podemos dedicarnos tranquilas a disfrutar de nuestro viaje.

Calculá el tiempo

Una de las cosas más prácticas de movernos en bici es que podemos llegar siempre a tiempo. Si calculamos cuánto tardaremos en llegar a nuestro destino, no va a haber necesidad de pedalear a gran velocidad; tenemos la oportunidad de viajar relajadas y llegar prolijas en vez de pasadas por agua.

¿Qué necesitamos para el trabajo y cómo lo llevamos?

Lo más probable es que siempre tengamos algo que debemos transportar. Para la bici, siempre lo más cómodo y práctico suele ser utilizar una mochila. Asegurate de que te permita maniobrar libremente y tené en cuenta que, si no te convence la mochila, siempre podés optar por un canasto donde colocar tu cartera.

Seleccioná la ropa

Al andar en bici, es importante que seleccionemos un vestuario cómodo y adecuado. ¡Ojo! Esto no significa que tengamos que sacar el uniforme del Tour de France. Una vestimenta apropiada es aquella que nos permite subir y bajar de la bicicleta sin que se descosa ni se enganche en la rueda o en la cadena. Es decir, ropa que sea cómoda para la pedaleada.

Ahora sabemos que hay una nueva alternativa para llegar a nuestros trabajos despiertas, relajadas, contentas y habiendo disfrutado del camino, listas para entrar en acción.

Además, una vez que te acostumbres a la bici, la vas a empezar a elegir para salir a pasear, ir a reuniones con amigas y para respirar aire puro cada vez que tengas la oportunidad y las ganas.