cultura
¡Hagamos contacto humano!
04 Jul 2017
¿Hay algo peor que la mirada que se desliza hacia la mano que sostiene el Smartphone mientras mantenemos una conversación? Esa mirada que se desplaza del celular hacia la cara de la persona, para nuevamente volver al celular y luego mirar rápidamente a la persona. Todo esto acompañado del movimiento de los dedos a un ritmo frenético casi inexplicable para escribir un mensaje lo más rápido posible. Una de las conversaciones más notorias de la aparición del Smartphone es el impacto que ha tenido en nuestra vida social. Absorbidos por el mundo virtual, cada vez es más difícil mantener una conversación con alguien sin que alguno esté pendiente de su teléfono móvil.
Esperamos a juntarnos con un amigo que no vemos hace mucho tiempo, o a reunirnos en familia para poner en práctica ese reflejo condicionado de sacar el celular de las carteras o los bolsillos y enfocar nuestra atención en las redes sociales, publicar en ellas, ver quiénes nos están hablando o simplemente chatear. Entonces ¿para qué reunirnos si sólo estamos físicamente en el lugar, pero nuestra mente está enfocada hacia Facebook, Twitter o Whatsapp? Parece una sociedad de nomofóbicos, de zombies, que no escuchan ni miran a los ojos, gran parte del tiempo sólo comparten el mismo espacio.
Un ser catalogado como nomofóbico es aquel que experimenta una gran ansiedad o miedo a no poder interactuar con el celular. Que se le descargue la batería, perder la señal o perder el teléfono móvil puede traducirse como la situación más traumática a la que puede ser sometido. Lamentablemente cada vez aumenta más la cifra de personas que presentan esta adicción al celular. Es común cuando alguien viene a visitarnos que ni bien abramos la puerta lo primero que nos diga con cara de sufrimiento sea “¿Tenés cargador para este celular? Me estoy quedando sin batería y además necesito la contraseña de Wifi para mandar un mail”. Tu invitado está todo el tiempo con el celular en la mano tratando de mantener una conversación que no mantiene y al mismo tiempo procurando mandar ese mail que tanto le preocupa.
¿Recuerdan cuando los celulares no eran inteligentes? En la actualidad cuanto más avanza la tecnología, más “Smart” se vuelven los teléfonos y más celular dependientes se vuelven las personas. Esto se da a tal punto que hay “mandamientos” acerca del uso del celular cuando estamos acompañados. Parecería que si no los tenemos presentes no podemos comportarnos de manera adecuada. Esos “mandamientos” nos dicen qué debemos hacer y de qué forma comportarnos en determinadas situaciones. Un ejemplo de ellos es cuando estamos en un restaurant, colocamos el Smartphone hacia abajo, dando a entender que sólo se usará cuando sea estrictamente necesario.
Se ha llegado al extremo de que el celular maneja nuestro comportamiento social. Hoy en día es más fácil olvidar la cartera o billetera que el celular, es común levantarse y revisar si tenemos notificaciones antes de saludar a las personas que nos rodean, y si se tuviera la mala suerte de perder o ser víctima del robo del celular, ello implicaría el aislamiento social, una verdadera catástrofe. Hoy parece más gratificante chatear o hablar con alguien que se encuentra a algunos kilómetros de distancia, que mantener un diálogo con quien estamos reunidos. ¿Hasta qué punto vamos a dejar que este invento tecnológico cambie, modifique o destruya el relacionamiento humano?