El invierno es un momento importante para cuidar nuestra piel y así evitar que se vea reseca, áspera y sin vida. El viento, el frío y la calefacción son, sin dudas, grandes enemigos.

 

Algo importante a tener en cuenta es que una piel seca puede romperse y eso es una entrada perfecta para los gérmenes. Por lo tanto, cuidarnos no es sólo una cuestión estética, sino también cuestión de salud.

 

Compartimos con ustedes algunos consejos que servirán para mantener la piel sana durante esta época del año:

 

Crema y… ¡más crema!

 

Primero, es recomendable limpiar cuidadosamente el rostro una vez que finalizamos el día. Así, lo que hacemos es quitar maquillaje, polvo, suciedad y células viejas. Esto destapa los poros y la piel se oxigena. Luego, podemos utilizar una crema hidratante con base de aceite que ayudará a crear una barrera contra la sequedad y le da tiempo a la piel para que se pueda recuperar naturalmente e hidratarse.

 

 

Beber suficiente agua

Cuando estamos hidratadas, nuestra piel también se humecta. Beber entre 6 a 8 vasos de agua mineral al día ayudará a combatir la piel seca. También es importante tener una dieta de frutas y verduras que contribuyan a la hidratación.

 

Duchas no tan calientes

Si sos de esas personas de las que les gusta bañarse con agua muy caliente… ¡tu piel va a pagar el precio! El agua caliente hace que nuestra piel pierda los aceites buenos y, por lo tanto, se reseca. La solución es bañarse con agua un poquito más tibia, hacer duchas de menor duración y aplicar una crema o aceite hidratante al salir.

 

Alimentarse adecuadamente

“La belleza también entra por la boca”. Una alimentación saludable proporciona los nutrientes necesarios para mantener la piel flexible y sana. Consumir alimentos que contengan Omega-3 (sardinas, aceite de oliva, nueces, calabaza, entre otros) ayuda a que nuestras células se mantengan lubricadas.

 

 

Humidificador

El aire caliente contribuye en la secación de la piel. El aire de nuestra habitación no contiene la misma humedad, ya que los sistemas de calefacción ayudan a resecarlo. Es recomendable obtener un humidificador que contribuya a mantener la humedad del ambiente en el punto necesario.