Con la llegada del frío, es importante abrigarnos nosotras, pero también a nuestras mascotas. Las bajas temperaturas afectan a todos en estas fechas y es importante cuidar de nuestros animalitos para que no contraigan enfermedades. Lo que hay que tener en cuenta es que, si hace frío para ti, hace frío para ellos.

Si tu mascota suele pasar gran parte del tiempo afuera, es el momento ideal para que comiences a evaluar si podés dejarlo entrar al menos durante la noche de los meses más fríos. Por más de que el pelo sea su principal arma contra este tipo de clima, ellos igualmente sufren mucho con las bajas temperaturas. Por lo tanto, hay que considerar, además de una casita abrigada y aislada del viento, la posibilidad de ponerle alguna ropa que no le incomode. Además, cuidar con cremas hidratantes las orejas, patas y cola que son las primeras que sufren del frío.

La alimentación en esta época del año es muy importante. Al igual que nosotros, ellos se vuelven menos activos en invierno. Por lo tanto, hay que tener cuidado con la sobre-alimentación y tener en cuenta que la comida que le damos tenga los nutrientes, vitaminas y minerales que tu mascota necesita respecto a la edad y el peso. La alimentación tiene que ser la adecuada para poder producir la energía suficiente para soportar el frío. Además, el agua fresca y limpia no debe de faltar nunca.

 

 

Pese a las temperaturas bajas, el aseo de tu mascota debe ser el mismo por lo que su rutina de baño no cambia. Lo que hay que tener en cuenta es de bañarlo los días de menos frío y que sea dentro de la casa. Secarlos rápidamente con secador de pelo y un cepillo para que quede completamente seco.

Algo para tener en cuenta es que el invierno no es temporada de corte de pelo. La moda puede esperar, la salud no. Entre más largo esté, más abrigo brindará a tu mascota. Si tu perro es de esos que tiene el pelo demasiado largo, simplemente recórtalo para evitar que esté siempre mojado cuando sale.

Así como en las personas, nuestras mascotas también pueden presentar síntomas como mucosidad excesiva, inflamación de la garganta, tos y fiebre, si llegan a sufrir cambios bruscos de temperatura. Si tu mascota comienza a mostrar alguno de estos síntomas, consultá con el veterinario para que te informe sobre los pasos a seguir para que se cure.