Seguramente vos seas como yo, o como todas las mujeres. Cada vez que un año nuevo comienza solemos plantearnos “este es el año para empezar tal cosa”, “este es el año para terminar tal otra”. Sea empezar o terminar, se necesita algo más que deseo para que esa voluntad arrolladora que nos surge, no quede olvidada en el ómnibus que nos devuelve del trabajo a casa. Mucho de ese “algo más” que necesitamos nos requiere una planificación. Por eso, acá van cinco consejos que pueden serte de utilidad:

Establecé prioridades
No hay problema con querer todo al mismo tiempo, pero es conveniente definir un par de objetivos (¿qué tal si empezamos con uno personal y uno profesional?), y es clave chequear que no se contrapongan. Es decir, si tenés en mente un año tranquilo en el trabajo porque querés agarrar envión para encarar temas pendientes que venís arrastrando (por ejemplo: empezar a hacer actividad física o anotarte en algún curso extracurricular), tal vez no es momento de enfrentar la batalla por un ascenso laboral. Es preferible que te propongas metas cortas y alcanzables.

Se dependiente sólo de vos misma
Fijate qué posibilidades te rodean que no dependen de vos y evaluá si tienen más peso que las que sí. Si querés algo que no depende de vos ni un poquito, entonces no es el momento, ya la vida dirá. Enfocate de lleno en aquel objetivo donde hay algo en lo que puedas incidir para que suceda: idenfiticalo y hacelo posible.

Buscá interlocutores efectivos
Una vez identificado tu objetivo, rodeate de personas que puedan ayudarte: alguien que haya vivido experiencias similares, que te aliente y te de una mano. Obvio, no vale buscar todo en una sola persona, puede ser que alguien que te brinde sustento emocional no te pueda brindar apoyo logístico y viceversa.

Da un primer paso firme
Para que tus proyecciones se vuelvan tangibles, hacen falta acciones viables y sencillas. Muchas veces un primer paso es contar con información útil y otras veces se trata simplemente de acercarte y probar, para vivir algo de la experiencia que intuís puede resultarte interesante.

Estate siempre atenta
Para que toda tu planificación no se extinga de la noche a la mañana, la última sugerencia es que estés constantemente prestando atención. Focalizate y andá por ello. Y a no frustrarse, hay que saber que las cosas casi nunca salen en el tiempo y en la forma en que deseamos. A veces lo que sí sale es la esencia de lo que uno estaba buscando pero bajo otra modalidad. Prestá atención, entonces, para reconocer esa esencia.