El Método Montessori no se considera solamente un método, sino también una filosofía de la educación. Comenzó en Italia hace más de 100 años, desarrollado por la Doctora María Montessori, quien a partir de sus experiencias con niños basó sus ideas en el respeto hacia ellos y en su impresionante capacidad de aprender.

Según Patricia Van der Werf, maestra Montessori, “el sistema apunta al desarrollo de un ser independiente y libre. Esto se logra a través de la interacción con un entorno diseñado teniendo en cuenta cada etapa evolutiva del niño, considerando la totalidad de su ser, pero con conceptos y materiales bien concretos para lograr el fin”.

La Doctora Montessori puso el énfasis en darles la oportunidad a los niños de utilizar su libertad desde los primeros años de desarrollo, de manera que llegaran a ser adultos con la capacidad de hacer frente a los problemas de la vida. Para llevar adelante su método de formación, fueron diseñados científicamente materiales Montessori en un contexto experimental dentro del aula.

“En el contexto del sistema Montessori, se utilizan materiales diseñados teniendo en cuenta el nivel evolutivo del niño. Se busca un desarrollo total del ser a través de experiencias de la vida práctica y la exploración de sus sentidos, el lenguaje y las matemáticas”, señala Patricia.

El aula Montessori reúne niños de tres edades distintas: menores de 3 años, de 3 a 6 años, de 6 a 12 años. Las salas integradas favorecen la cooperación espontánea, el deseo de aprender, el respeto mutuo y la incorporación profunda de conocimientos a través del ejercicio de enseñarle a otros.

Desde el nacimiento hasta los 3 años: en esta etapa la educación Montessori se concentra en el desarrollo del habla, el movimiento coordinado y la independencia, dándole confianza al niño y permitiéndole descubrir su propio potencial y su lugar dentro de una comunidad.

De los 3 a los 6 años (el trabajo en esta etapa se divide en cuatro áreas):
1. Vida Práctica: son actividades que apuntan al cuidado de sí mismos, de los demás y del ambiente físico que habitan.
2. Sensorial: se potencia la capacidad del niño a esta edad de aprender a través de sus sentidos más que a través de su intelecto.
3. Lenguaje: cuando los niños entran al ambiente a los 3 años enriquecen el lenguaje ya adquirido. Son capaces de usarlo de manera inteligente y con precisión. Aprenden a escribir partiendo de los sentidos y aprenden a leer.
4. Matemática: el niño comienza a aprender y a entender conceptos matemáticos al trabajar con materiales concretos que lo conducen intuitivamente hacia conceptos abstractos. Le ofrecen impresiones sensoriales de los números y sientan las bases para el álgebra y la geometría.

De los 6 a los 12 años: visión histórica, evolutiva e integrada del conocimiento y del desarrollo humano. Incluye cinco Grandes Lecciones o lecciones fundamentales a partir de las cuales se desarrollan estudios específicos en distintas áreas. Las lecciones están diseñadas para despertar la imaginación, la curiosidad y la admiración por la capacidad creativa e innovadora del espíritu humano.

La maestra Montessori -también llamada guía– observa a cada niño y, teniendo en cuenta sus necesidades, capacidades e intereses, ofrece oportunidades de trabajo con un propósito concreto: el cuidado de sí mismo y de la pequeña comunidad que es el aula. El objetivo final de la guía es intervenir cada vez menos a medida que los niños se desarrollan. En el largo plazo, el objetivo es que aprendan a actuar, querer y pensar por sí mismos, que a su vez fomenta la autoconfianza y la disciplina de cada niño.

En Uruguay, existen algunas escuelas que utilizan aspectos del Método Montessori dentro de su propuesta educativa, algunas de ellas son:

> Blue Blue Elefante

> Keter School

> Educación Natural