Adele es una adolescente en busca de su propia identidad. Tiene un grupo de amigas con las que comparte momentos pero no se identifica del todo, y un chico que la quiere pero ella no logra corresponderle como él merece. Su vida da un giro inesperado cuando conoce a una universitaria de cabello azul.

“No existe tal cosa como la casualidad”
Adele y Emma se cruzan por la calle la primera vez, y luego se encuentran en un bar en la noche y se reconocen. Mientras conversan y sienten la conexión, crean teorías sobre el amor, el conocimiento y los encuentros que la vida presenta como casuales aunque puedan no serlo.

“Siento que estoy fingiendo en todo, me falta algo”

Adele expresa su insatisfacción en su vida diaria. En este sentido todas podemos vernos identificadas con la joven protagonista, sin importar en qué etapa de nuestras vidas nos encontremos.

“Que no te de vergüenza”
La película nos muestra un mensaje claro y es que cuando una no está conforme y desea un cambio, en cualquier sentido, es porque seguramente sea necesario para continuar viviendo. Se genera un torbellino desde dentro de uno y hacia afuera donde todos los eventos y personas empiezan a modificarse hasta que llegamos a encontrar lo que necesitábamos. Luego la vida da más giros y entramos en nuevas crisis, en nuevos planteos. De eso se trata la vida de Adele y la de todas nosotras: cambios constantes, alegrías, desilusiones y nunca darnos por vencidas.

La vida de Adele, 2013.