Jenny es una niña dulce que lleva una vida de abusos. Ella y Forrest se conocen dentro de un bus de camino a la escuela. Esta niña es un claro ejemplo de aquella persona que aunque no recibió amor, igual lo brinda.

Durante la infancia y juventud los dos se convierten en grandes amigos. Jenny es muy paciente y amable con su amigo y lo ayuda a estudiar, además lo protege de la gente cruel y peleadora.

“Mi pequeño Forrest tendrá las mismas oportunidades que todos los demás”

La película introduce temas tan actuales como el bullying y la falta de oportunidades para personas con capacidades distintas. Junto a la mamá del niño, se esfuerzan para que él lleve una vida normal digna y feliz, como la mayoría de los niños de su edad.

“Corre Forrest, corre”

Como toda niña que ama, Jenny se enfrenta a cada persona que molesta a su amigo, y es en parte la que lo ayuda a descubrir el don físico que esconde en su interior.

“Aquel día, sin ninguna razón en particular, decidí salir a correr. Corrí hasta el final del camino, y cuando llegué, pensé que tal vez podía correr hasta el final del pueblo. Corrí derecho hasta el océano. Y cuando llegué, noté que ya había llegado lejos, y que tal vez debía dar la vuelta y continuar corriendo”

La película nos habla del sentido de la vida y del entusiasmo que cada uno le pone al día a día para que nuestra existencia avance en una dirección. Uno se pregunta, ¿para qué vivo? ¿para qué existo? ¿cuál es el sentido de todo esto? Y la respuesta está en nuestro interior, en la actitud que le pongamos a nuestros obstáculos. Cada uno tendrá los suyos pero más allá de las dificultades, el agradecer y ver el vaso lleno, ver con qué contamos en lugar de pensar en qué nos falta, nos ayudará, como a Forrest y Jenny, a avanzar hasta llegar a nuestras metas, y una vez alcanzadas, seguir avanzando hacia otras, ya que no hay una respuesta a nuestra existencia, sino el don de existir con alegría y ganas.

“Haz lo mejor que puedas con lo que Dios te ha dado”

Forrest Gump, 1994.