“Todas las familias tienen un estilo, una filosofía de vida en la forma de hacer las cosas. En mi casa el lema es el trabajo en equipo, primero fue como pareja y después cuando llegaron nuestros hijos. Con mi marido todo lo hicimos en equipo y descubrimos que es la mejor manera de desarrollarnos plenamente como personas, profesionales, como pareja y como padres. De ahí el valor y la importancia que le damos al trabajo desde que nuestros hijos fueron chiquitos: los fines de semana cada uno se tiende la cama, nos turnamos para lavar los platos y cada uno tiene una responsabilidad asignada. Ellos ven que nosotros como pareja trabajamos en equipo para que los dos podamos ejercer nuestra profesión, pero también buscando espacios para la familia. Es por eso que para mí trabajar no sólo es parte de mi desarrollo personal, sino que es una manera más de educar a mis hijos: en el ejemplo, en la demostración de la importancia del esfuerzo para conseguir lo que queremos en la vida, de la familia como equipo y en el profundo convencimiento de que desarrollándome como persona y profesional, soy mucho mejor madre”.