Cuando estamos cansadas, estresadas o angustiadas, no vemos la hora de llegar a casa en busca de tranquilidad. Pero, ¿qué pasa cuando ni siquiera así logramos sentirnos cómodas y en armonía? Tal vez es necesario que hagamos una limpieza de energías negativas en el ambiente.

¿Cómo?

Para empezar, lo mejor para que las energías salgan es dejar las ventanas abiertas y permitir que el aire puro circule.

Velas blancas. El color blanco es un sinónimo de tranquilidad y paz, y si lo usamos en una vela, mejor todavía ya que nos protegerá de las malas energías y ayudará a atraer fuerzas positivas a nuestra vida y nuestro entorno. Al encender una vela blanca, podemos pedir por lo que deseamos. No importa de qué tamaño sea la vela, pero sí que la dejemos consumir por completo y después la tiremos fuera de casa.

Inciensos. El incienso actúa como purificador de ambientes y, según su perfume, se puede usar con distintos objetivos. Los de coco, lavanda, rosa, eucalipto, vainilla y limón se utilizan para la protección de los ambientes. Es muy importante que siempre los prendamos con la mano derecha (lo que significa “el camino adecuado”, según la astrología). También existen elementos que son especialmente para poner los inciensos y evitar que la ceniza se esparza por todos lados.

Aloe vera. Esta planta nos ayuda ya que tiene la capacidad de absorber las energías que no deberían entrar en nuestro hogar. Además, aleja la envidia y los malos deseos. Se cree que si la planta muere muy rápido, es porque ya absorbió las energías negativas que estaban dando vueltas y, de ser así, debemos sacarla de casa.

No a la basura. Cuando guardamos objetos que ya no usamos, podríamos estar interrumpiendo la buena circulación de energía en el ambiente, así que lo mejor sería deshacernos de todo lo inservible. Por ejemplo, renovar tu vestidor es parte de este proceso: las prendas que ya no usamos no deberían seguir ocupando espacio.

Por último y no menos importante: busquemos llenarnos de buenas energías y pensamientos positivos. La mejor manera de renovarnos empieza desde nuestro interior.