Elena es una joven que vive en Los Ángeles durante la era mexicana de 1820.

De recién nacida, ella es secuestrada por el ex gobernador de España, quien asesina a su madre y encarcela a su padre, para luego adoptarla, ocultándole su verdadera identidad. La verdad sale a la luz cuando se enamora de un misterioso hombre enmascarado.

Elena crece sin saber quiénes fueron sus padres realmente hasta que un día tiene un encuentro descomunal con El Zorro. Este es un hombre que conoce a su verdadero padre y que lucha por la justicia. A los ojos del gobernador es un bandido, aunque ella lo considera un ser agradable y atractivo.

La vida de Elena está destinada a la verdad, al conocer al Zorro. A partir de entonces toda su existencia cobra fuerza para enfrentar sus dudas y descubrir la historia de su pasado.

Elena representa a todas esas mujeres que viven engañadas de alguna forma. La película nos muestra que quien sigue su instinto va por el camino correcto. Al principio Elena se encuentra a la defensiva ante esta presencia extraña, pero luego empieza a cambiar.

“El único pecado sería negar lo que tu corazón siente”.

Elena siente culpa por estar enamorándose de un hombre que es enemigo de su supuesto padre pero refuerza su personalidad para enfrentarlo y unirse al Zorro. Gracias a esa actitud, llega a la verdad.

A veces las mujeres nos cerramos a conocer a personas que escapan de nuestro entorno cotidiano y nos quedamos con aquellas con las que nos sentimos cómodas, pero si nos abrimos a los demás, tal vez descubramos, como Elena, mucho de nosotras mismas y del mundo en general, y nuestra perspectiva cambie para bien.

La máscara del Zorro, 1998.