Lucy es una niña de 7 años, que convive feliz junto a su padre con discapacidad mental. Son una familia consolidada aunque el tiempo corre en su contra. La justicia cree que Lucy está en edad de necesitar el cuidado de padres más capacitados, pero ella está segura de querer estar con su verdadero padre, Sam. Para resolver el caso, se encarga una abogada que piensa que lo mejor es separarlos, hasta que los conoce de verdad.

¿Cuántos casos reales existen en los que la separación parece la única solución? Si se piensa bien, no parece algo coherente.
Esta película nos demuestra que el amor es uno de los pilares fundamentales para que una familia funcione y para que los niños sigan creciendo sanos.

Hay un momento clave en la película donde Sam dice “Hay quien piensa que George Harrison no podía escribir una canción, pero luego escribió Here Comes The Sun, una de las mejores canciones del álbum Abbey Road”. Esta manifestación habla de romper prejuicios, escuchar mejor y brindar oportunidades. La obra nos muestra que la discapacidad se manifiesta cuando las personas no quieren escuchar o no quieren conocer o no quieren entender y se hacen cargo y deciden sobre la vida de muchos niños y tal vez la solución no es separar, sino buscar alternativas con compasión.

Mi nombre es Sam, 2001.