Foto sacada por: Inés Rial

Hace unas semanas estuve en Maldonado, y si hay algo que me gusta hacer es salir a caminar y observar la naturaleza. Fue ahí donde tomé conciencia del cambio que estoy transitando, que sin dudas fue el curso de Reconocimiento de Flora Indígena lo que despertó este interés. Donde antes veía yuyos a los que no prestaba atención, ahora veo plantas con flores hermosas a las que considero dignas de fotografiar, dibujar, y también incorporar en mi jardín.

Lo que he entendido en este tiempo es que no estamos acostumbrados ni educados para conocer y valorar lo nuestro. Venimos de antepasados europeos que además de su cultura, trajeron consigo sus plantas. Es por esto que conocemos y valoramos más las especies exóticas que las que crecen naturalmente en nuestro territorio.

Sin embargo, es importante por varias razones que empecemos a valorar lo nuestro.  En primer lugar, hay que aprender a valorar a la planta como un ser vivo, y que este ser que crece naturalmente mantiene un importante vínculo con las mariposas, las abejas y las aves, por nombrar algunas especies. Y que son éstas las que mejor se integran al ecosistema.

Por otro lado es importante entender que si no cuidamos estas especies, las mismas se van a perder.  El Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP) publicó una lista de especies prioritarias para la conservación, éstas son endémicas porque solo existen en nuestro país, y si se no se cuidan, se van a extinguir.

Desde el paisajismo hay un movimiento naturalista que se dedica a realizar jardines incluyendo especies autóctonas, promoviendo su conocimiento y utilización.
La paisajista Amalia Robredo se dedica hace años al estudio de la flora nativa,  y en su libro “Herbáceas, gramíneas y sus viveros“ ofrece una guía para reconocimiento de herbáceas y gramíneas que crecen naturalmente en la costa océanica de nuestro país.

La arquitecta paisajista Paula Rial es la responsable del diseño del jardín que aparece en la foto. En el mismo incluyó entre otras a la Petunia axillaris, una herbácea de flor blanca que crece naturalmente en nuestro territorio y que además de contribuir al ecosistema, es muy ornamental y aporta belleza al jardín.

En varias entregas voy a estar hablando sobre este tema, creo que es importante generar conciencia y adoptar una actitud protectora hacia lo nuestro, que es hermoso y vale la pena cuidar.