confesiones

Día Internacional de la Mujer: la historia de VALENTINA

08 Mar 2018

Contanos del proyecto… ¿En qué consiste?

En realidad es todo un macro proyecto que es como el objetivo general que yo planteo es lograr que dentro del fútbol federado, la actividad que realizan las mujeres tenga un lugar un poco más sólido dentro de la estructura. Eso es el objetivo en general dentro de la estructura del fútbol federado. A todo eso surge, se trabajó desde la AUF, hace varios años se viene trabajando para postular a Uruguay como sede para un mundial juvenil sub 17, son adolescentes las que juegan, de mujeres. Y bueno, hace un par de años se confirmó Uruguay como sede y empezamos a organizar el evento, que es lograr hacer un evento con estándares internacionales. Ese es el desafío.

¿Qué fue lo que a vos te impulsó a llevar adelante este proyecto?

Surgió de forma bastante casual, porque yo no tenía un interés particular por el fútbol. Hace 10 años, empecé a observar, tenía tiempo libre, que muchas amigas del ámbito de facultad, del barrio, conocidas empezaron a jugar al fútbol 5 como forma de encontrarse y hacer algo. Me llamó la atención, empecé a intentar generar una actividad de encuentro a partir del fútbol. Eso fue como el principal objetivo. Si hay tantas que les gusta jugar y juegan todas por separado, vamos a intentar como hacer un evento o una cosa así. Y entonces empecé a organizar un torneo de fútbol 5 en 2008. Se fue armando como un grupo, un espacio colectivo. Y después de tres o cuatro años había 50 equipos participando, era como una cosa sólida todo el año y estaba fijo que en setiembre arrancaba la picada hasta diciembre. Y me fascino como fenómeno. Lo empecé a entender como un fenómeno que reflejaba otra cosa, la participación de la mujer donde no estaba tradicionalmente esperado que participe. El fútbol como herramienta de consolidación, el juntarse con amigas a hacer algo en común, como algo que normalmente hacen los varones. Me empezó a fascinar como fenómeno todo lo que disparaba. No solamente lo deportivo…

 

¿Tuviste ayuda de alguien cuando arrancó?

La única forma que funcionó eso fue que yo me apoyé mucho en las propias participantes. Entre todas nos poníamos de acuerdo en los horarios, en los reglamentos, había mucho de generar acuerdos y lineamientos que tiraba yo porque alguien tenía que comunicar. Yo preguntaba y me apoyaba en su experiencia como deportistas y trataba de buscar solución desde la organización.

¿Vos jugabas?

No, yo jugué muy pocos partidos. No era lo mío (risas). A mí me fascinó eso, creo que la gestión deportiva o la organización de eventos deportivos tienen una cosa que es como un gran evento con micro-eventos. Entonces eso es lo adrenalínico de esto, que cada fecha tenés que resolver problemas, encontrar escenarios donde jugar, coordinar las persona que tienen que estar, seguridad, árbitros, desde lo más básico que es lo que el fútbol de mujeres tiene a lo que es el fútbol profesional que tiene otras necesidades que ojalá algún día lleguemos a eso.

 

¿Hubo algún momento en que dijeras “no puedo con esto”?

Sí. Muchas veces. Cuando empezás en la AUF, descubrís un mundo más duro, más institucional, cosas que demoran… tenés que meterte en una red de gente a tratar de entenderla y decodificarla y ver por dónde ir. Te frustrás, no lográs ni el 10% de lo que te proponés y además el ambiente no es el más proclive al diálogo, entonces a veces tenés que armarte de paciencia y saber que lo que hacés puede tener frutos en años. Hay veces que decís “yo ya di todo lo que podía”.

¿Cuál fue tu mayor logro o la experiencia más rica que hayas vivido gracias a la organización?

Creo que el mayor logro, o la situación más gratificante por decirlo como lo identifico, es haber logrado crear grupos de trabajo que dentro de la AUF, que es donde estoy ahora. Y grupos de trabajo con participación de gente joven, con participación de gente con más experiencia, hombres y mujeres, para la organización de los eventos que hacemos y que me dan mucha gratificación cuando los veo hacer lo que les gusta.

 

 

¿Hay alguna frase que te haya ayudado a seguir este camino? Dijiste que tuviste momentos de dudas. ¿Hay alguien que te haya dicho algo de “tiene razón, tengo que seguir por acá”?

No sé ni de dónde lo saqué, no me acuerdo si alguien me lo dijo, pero la idea que tengo siempre en la cabeza es “generar oportunidades”. Eso, para las niñas que quieran jugar, para las mujeres que quieran jugar, para las árbitras que quieran jugar, para quienes quieran dirigir, para quienes quieran dedicarse a la gestión, esa es como mi meta. Yo no voy a solucionarle la vida a nadie, pero sí tratar de generar oportunidades para que las que quieran jugar al fútbol lo puedan hacer, las que quieran dirigir fútbol lo puedan hacer. Y esa es la frase que me guía.

¿Cómo ves el fútbol femenino en Uruguay?

Lo veo en pleno proceso de mejora, no solo aumento de participantes que es notorio, sino de mejora en la calidad. Creo que tiene la oportunidad de poder enriquecerse de los errores y aciertos que el fútbol masculino ha tenido antes, porque empezó un poco después. Entonces no paro de pensar que eso es una oportunidad que no se puede perder. En los próximos años, cuando se apunte a la profesionalización del fútbol de mujeres y a que las mujeres que elijan jugar al fútbol puedan hacerlo como actividad principal o complementaria, me parece que debería aprenderse de los errores de los varones.