“Somos 3 hermanas y nos crió mi madre sola, entonces siempre tuvimos que ayudarla a sacar adelante la casa. Cuando yo tenía 17 años fui mamá primeriza y hasta los 30 me dediqué a cuidar a mis dos hijos, que nacieron seguidos. Luego tuve un problema de salud complicado y fue una época en la que quedé muy deprimida, pero me acuerdo que un día estaba sentada en el sillón de mi casa y pensé: tengo que hacer algo que me anime, así no puedo seguir. Justo pasaron una publicidad en la tele de un curso de maquillaje y se me iluminó el camino.

Siempre me gustó la estética aunque nunca había hecho nada del estilo. Sabía que lo necesitaba, entonces hice el curso y tuve mi primer maquillaje a una quinceañera que conocía . De ahí en más se fue dando todo, terminé trabajando para todos lados, puse un estudio, la gente me empezó a llamar. Hoy en día, y ya después de unos años, trabajo muy bien y hasta doy clases. Todo lo que logré en estos años, en cuanto al trabajo y la mejora de mi salud es en gran parte gracias al apoyo de mi esposo, el papá de mis hijos, para mí fue fundamental su compañía.

No sigo modas ni tendencias, converso mucho con la persona que quiere maquillarse para poder ir guiándola. Creo que todo se puede, es encontrar el momento. Mis hermanas estudiaron de grandes también, una es enfermera y la otra contadora. Mi mamá siempre fue lo máximo para nosotras porque fue madre y padre a la vez, además de una gran trabajadora y un gran ejemplo.”