“Cuando tuve a mi primer hija fue el momento más hermoso de mi vida. Estuve 48 horas en trabajo de parto y apenas la vi se borró todo el dolor que había sentido.

Creo que el gran desafío de ser madre es criarlos en esta sociedad. Yo soy de las personas que aman la vida y veo todo lo positivo que hay en todo pero, aún así, veo que la sociedad está cada vez más complicada. Como padres tenemos que estar muy atentos y preparados.

Con mi madre tenía una muy linda relación. Puedo decir que fui una niña feliz y no puedo echarle la culpa de ningún error o fracaso a mis padres. Los dos fueron realmente insuperables. Todo el tiempo me pasa que pienso ‘cuánta razón tenía mamá’. Yo fui la hija de la vejez y siempre fui muy compinche con mi padre: lo acompañaba a pescar, lo ayudaba a arreglar el cachilo y siempre estaba de arriba para abajo con él.

Mis dos padres fueron un ejemplo de vida para mí. Me enseñaron que nunca hay que achicarse ni dejarse pasar arriba por la vida. A pesar de que los extraño le agradezco a la vida haberlos tenido el tiempo que los tuve.”