“Soy de Juan Lacaze y estudio arquitectura en Montevideo. Es mi vocación, siempre quise ser arquitecta…

Probé otras cosas, igual, pero me di cuenta de que lo mío, realmente, era la arquitectura, así que volví. Es una carrera que logra combinar todos mis gustos, siempre me gustó dibujar, por ejemplo, y ahora tengo que hacerlo todos los días. No me pesa estudiar.

Me costó el cambio del liceo a facultad. Estaba acostumbrada a que las cosas salieran fáciles. Por ejemplo, en el nivel de cuánto tenía que estudiar, es muy diferente, yo pensé que estaba mucho más preparada. La primera vez que perdí un examen me desmotivé mucho. Nunca había dado uno y cuando llegué a facultad no sabía qué hacer. Siempre tuve buenas notas, entonces llegar hasta acá y perder algo se sentía como el fin del mundo. Después te das cuenta de que no es así que en la vida vas a perder cosas peores.”