confesiones
Recetas con Historia: Agustina y sus molletes de zanahoria
01 Mar 2021
Agustina cocinó por primera vez a los 8 años, parada en un banquito de la cocina de su casa junto a su papá Carlos, quien le transmitió su pasión por la gastronomía. “Recuerdo que él estaba cocinando albóndigas y me preguntó si quería ayudarlo. Tengo fotos en las que estoy pelando papas, re feliz. Y de ahí en adelante siempre fui su compañera en la cocina”, contó Agus, con una sonrisa y un brillo en los ojos que la acompañaron durante toda la entrevista.
Ahora Agustina es quien disfruta de enseñar a cocinar a niños de entre 10 y 12 años en el Instituto Crandon, donde obtuvo su título de Gastrónoma profesional y de docente. Para ella es un placer ver cómo se divierten y desarrollan habilidad en las manos. Además, cada uno de ellos le trae recuerdos de su infancia: “Al planificar el año recordé que mi abuela Papa nos decía que había que disfrazar las verduras para que los chicos las comieran, porque a mi hermana del medio no le gustaban para nada”. Por esta razón decidió, en su primer día como docente en el curso extracurricular “Pequeños chefs”, enseñarles a sus alumnos a hacer molletes de zanahorias. Fue arriesgada, pero los chicos quedaron encantados. “Cuando les dije que íbamos a usar zanahoria me dijeron: ‘No, no, eso no me gusta’. Pero cuando los probaron quedaron copados. No me olvido más de ese día, porque vi niños contentos comiendo verduras disfrazadas como decía mi abuela”.
El objetivo de Agustina como docente “es ver a los nenes felices y dejar un granito de arena en cada uno de ellos a través de la educación, porque seguro cuando sean más grandes recordarán lo aprendido”. Le propusieron dar clases a adultos, pero ella no aceptó, porque ama a los niños y tiene “un alma maternal”.
En el Crandon también trabaja en el área administrativa, con los proveedores y es profesora de la materia “Economía doméstica” donde, además de gastronomía, les enseña modales y cómo sentarse en una mesa, por ejemplo. “Sí, tiran mucha harina los nenes, pero no importa, porque les enseño que después hay que dejar todo limpio. Va de la mano la clase de cocina con el orden del espacio que usaron. Además, siempre los divido en grupos asegurándome de que no estén con sus mejores amigos, porque es esencial que aprendan a compartir con todos sus compañeros. De esta forma logro integrarlos. No sólo desarrollan habilidades, sino que también sociabilidad”, explicó.
Lo que más disfruta de su trabajo es la picardía de las respuestas y confesiones de sus alumnos. “El último día de clases les pedí su opinión sobre el curso y uno me dijo: ‘Agus, hubo días en los que no me lavaba las manos antes de cocinar sin que vos te dieras cuenta’”. Pero cuando recién comenzaron las clases una respuesta fue la que más la sorprendió: “Para romper el hielo y conocerlos, primero les conté cómo comenzó mi pasión por la cocina y luego les pregunté qué querían ser cuando sean grandes. Algunos me dijeron que querían ser abogados, otros doctores y uno me dijo que quería ser feliz. Me dejó helada. Entonces los miré a todos y les dije que más allá de la profesión que quieran ejercer, busquen ser felices a través de lo que hagan”.
Receta de los molletes de zanahoria:
- Batir 4 huevos y 1/3 taza de aceite.
- Agregar 2 tazas de azúcar y 1 ½ taza de zanahoria rallada.
- Cernir y agregar 2 tazas de harina y dos cucharadas de polvo de hornear.
- Mezclar y colocar en pirotines.
- Llevar a un horno de 180º durante 30 minutos.